Que sí, que ya sabes que nosotros sabemos que tú sabes que el personaje que interpreta Woody Harrelson en la escena post-créditos de Venom es nada más y nada menos que Cletus Kasady, un asesino en serie que espera a la silla eléctrica en la prisión de San Quintín como quien espera al tren en un andén. Y también sabemos que tú sabes que nosotros sabemos que tú sabes que Kasady se convierte en Carnage (Matanza, en los cómics en castellano), el mayor villano al que se ha tenido que enfrentar Spider-Man en su historia superheroíca, con el permiso de Thanos -I don't wanna go Tony-. La historia ya te la sabes: Eddie Brock (Tom Hardy), al que le pirran los asesinos en serie (de hecho su caída en desgracia tuvo que ver con unas declaraciones que nunca hizo un asesino en serie, pero ese es otro cantar), se va a la prisión de San Quintín para entrevista a Kasady, hay un motín, Venom, ese simpático simbionte, se queda prendado de la maldad inherente de Kasady, se deja un cachito de sí mismo en la prisión, se fusiona luego con el asesino y, katapum: Carnage que te crió. Un Freddy Krueger como Dios manda.
Porque por si Kasady no fuera ya de serie (toma Matías Prats) un terrible asesino, el simbionte amplifica su naturaleza psicótica haciéndolo menos estable mentalmente de lo que había sido anteriormente, y por lo tanto, aún más peligroso. ¿Hasta qué punto está loco Cletus? Cuando era un mocete de sonrojadas mejillas su padre mató a su madre cuando su progenitora trataba de matarle a él, un niño, pobrecito. Arrestaron al padre y, toma del frasco Carrasco, va Cletus y le dice al juez que la mató sin ningún motivo, que era un hombre malo, malo, malo. Y el padre, brrrrr, a la silla eléctrica. Frito y bien refrito. Y Kasady, disfrutando como un niño.
Ah, y Kasady también empujó a su indefensa abuelita por las escaleras, provocándole un caso severo de muerte. Y utilizó una taladradora eléctrica para poner a dormir al perrito familiar en el sótano cuando era un tierno infante. Así, es normal que cuando simbionte y Cletus se fusionan surja una única entidad 100% maldad, 0% grasa. Porque Venom y Eddie charlan, y hay una lucha entre el bien y el mal (bueno, más o menos), pero Carnage es uno que trina maldad por los cuatro costados, nada de doble personalidad y nada de remordimientos o escrúpulos.
Bueno, hasta aquí todos de acuerdo: la secuela de Venom va a tener a Venom y va a tener a Carnage. El director de Venom, Ruben Fleischer, ha contado después del estreno que siempre tuvo en la cabeza a Harrelson para el papel, que retoma la locura reloca de Asesinos Natos, solo que ahora con pelo rizado, veinte años más a sus espaldas y sin las gafitas rojas loliteras. Y también ha dicho que se verán las caras Hardy y Harrelson si hay secuela, por si hubiera alguna duda. Después de superar los 80 millones de dólares de recaudación el fin de semana de su estreno, es más que probable que haya una secuela.
A pesar de lo que hayas leído u oído, lo que no vamos a ver en la secuela de Venom es la saga de cómics Maximum Carnage, uno de los arcos argumentales más memorables de Spider-Man de la historia del cómic. Básicamente porque Venom no se va a aliar con Spider-Man para luchar contra Carnage en el cine porque Venom y Carnage son de Sony y Spider-Man es ya de Disney. Y no va a haber crossover. Lo que deja a Sony con dos opciones:
Opción A. Apuesta a muerte por los supervillanos de Spider-Man. Que si Venom, que si Carnage, que si Grito, que si Kraven, el cazador...
Opción B. Recupera nuevos superhéroes para la causa que sepa que Marvel-Disney no va a tocar ni por equivocación: como Silk o como Deathlok, Puño de Hierro, Daga y Puñal, Morbius, que si el Caballero Luna... Hemos metido entre medias a Puño de Hierro, pero ha sido aposta. Venom + Morbius: éxito asegurado. Venga, hombre dos antihéroes para luchar contra Carnage, ¡me lo pido! Venom + Puño de Hierro: exitazo y gran planazo. ¡Lo queremos ver!
Y si la secuela se inspira en Maximum Carnage, no la vemos a ver tal cual. De la misma manera que la película no tiene nada que ver con Protector Letal de los cómics, si Venom 2 se llamara Venom: Maximum Carnage no va tener nada que ver con el Maxium Carnage de los tebeos. En el cómic, Carnage se escapa del Instituto Ravencroft (el Arkham Asylum del Universo Marvel) y aprovecha para liberar a una villana de pro, Grito (Shriek) y a Doppelganger, que es un duplicado de Spider-Man sin sesera (algo así como el doble tonto de Mis dobles, mi mujer y yo), que nació en el Guantelete del Infinito. A ellos se suman Demogoblin y Carrion, otros dos asesinos, y entre los cinco se ponen a sembrar el terror en la bella y contradictoria ciudad de Nueva York. Shriek utiliza sus poderes psíquicos para proyectar un sentido de odio en toda la población de la ciudad de Nueva York, lo que lleva a un caos absoluto. Y venga a morir gente.
Carnage y su horda son finalmente detenidos por los poderes combinados de Spider-Man, Venom, Deathlok, Puño de Hierro, Firestar, Daga y Puñal, Morbius, y algún que otro cachivache tecnológico de Stark Industries (andá, dirás tú, otro cachivache de Stark viene a salvar el día, igualito que en Vengadores 4, y, querido, puede, sólo puede, que tengas más razón que un Santo). Quita a Spider-Man de la ecuación y no saques a Iron Man, sólo a Stark Industries y ya tenemos superhéroes al canto.
Está claro que Carnage no va a venir solo. Porque como la felicidad, nunca viene sola. Y si Sony quiere seguir exprimiento su franquicia al margen del Marvel Cinematic Universe tiene que hacer una apuesta más arriesgada que Venom. Porque si Venom es la punta del iceberg de un universo de malos malísimos, ahí ha encontrado un filón. Y si encima tira del hilo y recupera para la gran pantalla a personajes como Puño de Hierro o Daga y Puñal puede que consiga crear un universo paralelo.
¿Nuestra apuesta? Se llamára Maximum Carnage. Van a mezclar los orígenes y Casady se escapará con los villanos anteriormente citados de San Quintín, no del Instituto Ravencroft. Y saldrán Morbius, Puño de Hierro y Gata Negra para cantarles las cuarenta. Y el bien ganará sobre el mal. Y nosotros nos ganaremos unas cervezas por haber acertado.
Fuente: esquire