La buena: por primera vez, cuatro obras que forman parte de la exposición Tesoros de la Hispanic Society of America, que se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes, cobran vida a través de la realidad aumentada. La mala: la experiencia visual solamente es posible a través de los teléfonos inteligentes más actualizados y con mejor tecnología.
"La realidad aumentada tiene la desventaja de que es una tecnología muy nueva, de modo que, en algunos dispositivos, sobre todo Android, todavía está un poco verde; es un tema tecnológico que empresas como Google apenas están terminando de resolver”, señaló ayer Naju Ventura Medina, cofundador de CBI Systems, el desarrollador de ArtGuide, la aplicación gratuita con la que se busca enriquecer la visita al recinto.
ArtGuide funciona como una audioguía que permite ir obteniendo información, en audio, video y texto, de las obras y artistas que integran la exposición. Para Tesoros de la Hispanic Society of America se han incorporado dos recursos de última generación: la realidad aumentada y un sistema de localización que, a través del Bluetooth y sensores de proximidad, identifica el lugar exacto en la sala de exhibición en la que se encuentra el visitante para proporcionarle información sin necesidad de realizar una búsqueda.
El sistema es sencillo: a través de las tiendas App Store (para el caso del sistema IOS) y Play Store (para el caso de Android) se descarga gratuitamente la aplicación ArtGuide. Una vez en la sala, el programa solicitará activar el Bluetooth y permitir el acceso a su localización, así como a la cámara del dispositivo. Cuando se inicia el recorrido, automáticamente los sensores que han sido instalados en las salas identifican el dispostivo y van ubicando al visitante a lo largo de la exhibición.
Para el caso del Museo del Palacio de Bellas Artes, ArtGuide cuenta con 21 obras descritas a manera de audioguía y cuatro más con realidad aumentada: La duquesa de Alba y El general Manuel Lapeña Rodríguez y Ruiz de Sotillo, de Francisco de Goya; así como Retrato de una niña, de Diego Velázquez, y El costeño, de José Agustín Arrieta. Al llegar a estas últimas obras, la aplicación solicita apuntar con la cámara a la obra y es ahí donde surge la magia: del cuadro se desprende el personaje principal (caracterizado por un actor) que literalmente sale para charlar con el visitante.
El problema, apunta Naju Ventura, es que se trata de una tecnología a la que todavía no tiene acceso el total del público. En el caso de Android se requiere un teléfono celular de la llamada gama media alta o gama alta, y en el caso de los dispositivos Apple se requiere uno igual o superior al iPhone 6S, con la última versión del sistema IOS, la 11.4. “La realidad aumentada se desarrolló en el último mes, de hecho hace seis meses 90% de los dispositivos podían ejecutarla; tecnológicamente hablando es un reto, porque está reconociendo la imagen, está viendo la cámara y diciendo ‘¿qué es esto?, un cuadro. ¿lo tengo en mi base de datos?, sí’, y manda contenido en forma dinámica por internet para que pueda verse en el dispositivo”.
A este requerimiento se suma la necesidad de contar con datos móviles en el teléfono, debido a que la información se ejecuta en el dispositivo en el mismo momento que se solicita.
Una vez terminado el recorrido, los datos se eliminan del dispositivo para no ocupar espacio y por motivos de derechos de autor de las obras. La exposición en el Palacio de Bellas Artes no es la primera con la que trabaja ArtGuide, en la app también existen micrositios del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, el Museo de Arte Moderno, el Dolores Olmedo o la Catedral Metropolitana.
Se trata de un recurso que, al parecer en el futuro, será inseparable del recorrido de un museo: “En esta exhibición no hay juegos; en otras, por ejemplo, Rojo mexicano, sí había; se pueden poner juegos, encuestas de salida, videos que cuenten historias, videos con lenguaje de señas, contenidos especiales, entrevistas con los curadores, el detrás de cámaras de cómo se hace la exposición”, dice Ventura.
Desarrollar el recurso tecnológico, afirmó el director del museo, Miguel Fernández Félix, no ha costado nada al recinto. En esta ocasión el mismo ArtGuide, BBVA Bancomer y Fomento Cultural Kaluz absorbieron los costos: “Realmente no hubo un costo para el Palacio de Bellas Artes y esto trata de los aliados que el museo ha venido teniendo, que entienden lo que implica una labor cultural de extender este patrimonio del museo y sacarlo”.
Adicionalmente a la app de la exhibición, agregó, el museo trabaja con Google Art en un micrositio para mostrar los murales del Palacio de Bellas Artes. “El chiste es que la tecnología sea un punto de apoyo en lo que estamos haciendo. La definición de un museo tradicional es que tiene como objetivo difundir y exhibir el patrimonio cultural, para el goce del público y está experiencia permite extenderlo aún más”.
Fuente: Excélsior