TvNotas informa que luego de que Federica Quijano, de 46 años, no pudiera convertirse en madre de manera natural por un problema de endometriosis, en 2006 adoptó a su primera hija, María, hoy de 11, y al año siguiente a Sebastián, hoy de 10, quien tristemente a los 3 años fue diagnosticado con autismo y retraso mental. Desde entonces, la cantante se ha preocupado por el bienestar de sus hijos, y hace unos días sus amigos de Kabah y Matute dieron un concierto para donar las ganancias y ayudar a su pequeño.
-¿Cuál fue el objetivo de la presentación de Kabah y Matute?
“Este concierto me lo ofrecieron los Kabah y los Matute porque estoy juntando fondos para el fideicomiso de mi hijo, quien a partir de los 14 años seguramente ya no va a poder estar conmigo, por un problema de agresividad y porque quizá yo, como mamá, después no pueda tener cierta fortaleza para protegerlo. Desde el año pasado abrí un fideicomiso y mis amigos me querían apoyar; pero a mí, pedir de la nada no me gusta, por eso organizamos este concierto”.
-¿Ya no podría estar contigo?
“Le rezo a Dios diario para que pueda tener a mi hijo toda mi vida, pero en la pubertad los niños con autismo también se vuelven más grandes y fuertes, y se complica cuidarlos”.
-¿Te preocupa que Sebastián tenga crisis y sea violento contigo?
“No temo que me vaya a hacer daño a mí, sino que pueda dañarse a sí mismo o a mi hija; son las cosas que uno tiene que prevenir. Cuando se enoja, dice que quiere respirar, trata de controlarse, pero no puede. Una vez tuve que internarlo en un hospital psiquiátrico y tuvieron que sedarlo para controlarlo; eso es muy doloroso. Además, está con especialistas, medicamentos y terapias para que no sea así”.
-Si en algún momento tiene que irse de casa, ¿hay alguna institución donde él pueda estar?
“Sigo buscando, pero hasta ahorita no encuentro un lugar, ése es el problema; por ahora necesita sombras”.
-¿Qué son las sombras?
“Son cuidadores; como bien lo dice el nombre, son la sombra del niño. Él no puede estar solo ni valerse por sí mismo, y yo no puedo estar todo el tiempo con él, pues estoy trabajando, entonces tiene a alguien que lo protege y lo pone a hacer ciertas actividades; por eso es que una sombra suele ser muy cara (cobran cerca de 100 pesos por hora)”.