El nuevo Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI) representa un esfuerzo del Sistema de Administración Tributaria (SAT) por brindar un mejor servicio a través de una mayor recopilación de la información que, a la vez, combatiría prácticas indebidas y errores, refieren los expertos.
Sin embargo, a pesar de que desde julio del año pasado inició la vigencia de la nueva versión de la factura electrónica y a partir del primer día de este año ya se considera como el único medio de comprobación fiscal, aún existen varias dificultades que los contribuyentes están experimentando para adaptarse al nuevo formato de facturación.
“Simplemente, con la inclusión del nuevo método de facturación CFDI 3.3, el SAT estima que los errores en las facturas tendrán un impacto significativo en las empresas. Esta situación ha orillado a que exista un diálogo abierto con el sector privado y contribuyentes, para hacer una adopción integral y paulatina”, manifestó la empresa de facturación Microsip.
Por su parte, Marco García, representante de Enconta, explicó que la integración de nuevos campos y la estandarización de otros es de gran ayuda para mantener un mejor control. No obstante, estas actualizaciones pueden resultar confusas para las personas que no cuentan con un asesoramiento oportuno o conocimientos contables previos.
“De ahí que nuestros esfuerzos como plataforma digital se enfoquen en que el usuario pueda cumplir con sus obligaciones frente al SAT de manera más sencilla y amigable”, abundó el especialista.
LOS TRES PILARES
Asimismo, consideró que informar y capacitar a las personas físicas y morales para este cambio ha sido una gran labor por parte de la autoridad fiscal. Sin embargo, Enconta ha detectado que los principales problemas que presentan los contribuyentes al momento de cumplir con los requisitos se concentran en tres segmentos.
El primero de ellos es en el catálogo de productos y servicios. Señaló que usted como contribuyente se enfrenta a más de 52,000 opciones que integran este listado, por lo que necesita adaptarse conceptualmente al nivel de detalle que presenta el campo para llegar hasta el resultado solicitado o el concepto más cercano al que se desea facturar.
“A pesar de que la herramienta del SAT permite la búsqueda del término a partir de las tres primeras letras que lo conforman, al no poder guardar los resultados más utilizados, además de lo complejo que es identificar la clave que le corresponde a las operaciones del día a día de los clientes, se puede entorpecer el proceso de facturación cuando se hace a gran volumen”, confirmó.
Por otra parte, el vocero mencionó que, al momento de pactar una operación a crédito, es decir, se hace la entrega de la mercancía sin el pago de contado, se debe emitir un CFDI por el valor total de la operación eligiendo la clave en el método de pago como en parcialidades o diferido.
Dijo que, posteriormente, se tendrá que generar otra factura por cada aporte que haga el cliente para liquidar. Por lo tanto, aunque esta medida facilita la conciliación entre la emisión de los documentos y las transacciones, podría implicar una mayor carga administrativa al tener que generar varios CFDI de una misma compra.
El último segmento en donde los contribuyentes han tenido dificultades es el de cancelación con sustitución de factura; ante esto, el experto expresó que hay ocasiones en las que un error en la captura de información puede derivar en la cancelación de la factura.
En el caso que se requiera sustituirla para corregir el dato, se necesita identificar el folio fiscal, generar otro CFDI y en la sección de facturas relacionadas seleccionar la clave 04. De modo que se invierte más tiempo al repetir el proceso y vincular un documento con otro.
“Los cambios que vemos en el organismo de fiscalización atienden a la necesidad de actualización y mejora continua de sus procesos. Por lo tanto, el desarrollo que las empresas de tecnología financiera, o fintech, están generando dinamismo en el entorno contable e impulsarán la adopción de las nuevas disposiciones por parte de los contribuyentes”, explicó el representante de Enconta.
Por su parte, Enrique Velderrain, socio de Velderrain Sáez y Asociados, explicó que en como todo cambio éste debe ser paulatino y confirmó que para algunas personas les resultará más fácil la adaptación a la versión 3.3.
Sin embargo, refirió que en caso de tener algún tipo de problema, lo recomendado es que los contribuyentes se apoyen de algún especialista, de su contador para evitar cualquier tipo de inconveniente.
“Que los ayude a distinguir cuál es el código que debe utilizar de su producto y servicio de acuerdo a lo que viene en el catálogo de la factura. Al final, cualquier cambio de sistema (en la facturación) tendrá un costo y tiempo de adaptación. Ya sea empresas o incluso para una persona física, aunque cada caso es distinto. Por ello es importante que los contribuyentes se acerquen con sus contadores o incluso las autoridades para aclarar sus dudas”, manifestó.
Fuente: ELECONOMISTA