Si estás cerca de cumplir 50 años y en tu cuenta de banco no hay más dinero que el de tu sueldo, es momento de poner en marcha un plan de emergencia para ahorrar.
Los expertos en fondos, bienes raíces e inteligencia financiera consultados coinciden en que, en los siguientes 15 o 17 años, no podrás bajar tu nivel de productividad. Incluso, tendrás que aumentarla para generar más recursos y comenzar a ahorrar entre 20 y 30% de tu ingreso mensual con un solo objetivo: tu vejez. A esta edad ya no puedes dejar todo a la suerte.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) y las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 74% de los adultos mayores de 65 años no cuenta con una pensión contributiva, es decir, la que paga el Seguro Social.
En este sentido, hay dos tipos de personas en los que podrías ubicar tu caso: las que recibirán entre 80 y 100% de su último sueldo gracias a que cotizaron bajo la Ley del 73, y las que sólo recibirán el ahorro depositado en su Afore, que equivaldrá a 30% de su último sueldo. Para ambos casos deberás prepararte.
Paso 1. Los pies en la tierra
El tiempo corre contra reloj. “Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo, construyó la mayor parte de su riqueza a partir de los 60 años, ¿por qué tú no?”, cuestiona el coach en Inteligencia Financiera de la firma Enfoque Visionario, Agustín Bravo.
Para lograrlo, una de las claves es no quedarse quieto. “Cuando la gente es activa y productiva, en cualquier lado le abrirán la puerta”, dice. La otra vía es invertir en instrumentos que conozcas y domines. Buffett así lo hace, pone su dinero a largo plazo en empresas que estudia a detalle.
Anuar Jacobs, cofundador y CFO de Invested.mx, firma de planeación financiera, sugiere hacer un balance de los activos y pasivos: cuánto ingreso tienes, cuánto debes, cuáles son tus activos (propiedades y bienes) y cuánto gastas. Ayuda también eliminar los gastos hormiga y buscar un hobby que, en el futuro, te pueda dejar un ingreso.
Paso 2. Invierte con disciplina
Sé un inversionista arriesgado. Si comienzas a invertir a los 50 años y decides no retirar todo tu dinero al cumplir los 65, tendrás un horizonte de inversión de 15 a 20 años más para seguir recibiendo los rendimientos que te deje el fondo, dice Anuar Jacobs, de Invested.mx.
Esta estrategia te dará flujo de efectivo mensual o anual que te ayudará a sobrellevar tus gastos en los siguientes años. Jacobs recomienda elegir una combinación de portafolio 50% renta fija y 50% en renta variable global. Eduardo Yglesias, gerente comercial de GBMfondos, sugiere una combinación más conservadora: 80% renta fija y 20% variable dividida en nacional, internacional y dolarizada. A medida que pasen los años, ésta debe disminuir hasta llegar a cero.
Un fondo de inversión destinado al retiro se puede abrir desde 10,000 pesos en un banco o una casa de bolsa. Es importante que le ‘inyectes’ aportaciones mensuales constantes. Yglesias sugiere que –por tu edad– éstas sean de 20 a 30% de tus ingresos. Si decides realizar aportaciones voluntarias a tu cuenta de Afore, considera el mismo porcentaje y elige una administradora que cobre comisiones bajas y dé rendimientos altos.
Paso 3. Bienes para remediar
Conviene mudarte. Es la ley de la vida: cuando cumples 50, los hijos se van y tu hogar se vuelve un ‘nido vacío’. Si vives en una casa, ésta puede quedarte grande y generarte más gastos de los necesarios. Leonardo González, analista de Real Estate de Propiedades.com, recomienda rentar o vender tu propiedad actual y mudarte a un barrio más barato e, incluso, a una casa o un departamento más pequeño.
“En ciudades como Mérida, Puerto Peñasco, Bahía de Banderas, Rosarito, Cuernavaca, Tepoztlán, Valle de Bravo o Malinalco se están consolidando las comunidades de jubilados”, dice. Las propiedades no son activos líquidos, por lo tanto venderlos puede llevar tiempo.
González recomienda buscar precios de referencia o compradores internacionales para agilizar la venta. Además, también puedes complementar tus activos con una inversión en deuda, por ejemplo, Cetes.
Fuente: http://expansion.mx/