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Viernes, 08 Junio 2018 19:21

El legado del diablo o la maldad guardada en los genes

Por  Staff Puebla On Line

El hype despertado por los comentarios previos al estreno comercial de ‘El legado del diablo’ no ha hecho sino despertar el interés de los fieles al género de terror. Efectivamente, hasta se ha llegado a comentar que es tan aterradora que incluso un desafío realizado en un grupo de espectadores mostró que su frecuencia cardíaca aumentaba considerablemente durante su visionado. ¿Pero realmente estamos ante la película más “traumática” en años? Veamos.

Desde el primer segundo sabemos que nos inmiscuiremos en una terrible situación familiar. Annie Graham (gran interpretación de Toni Collette) debe despedir a su madre en un funeral, confesando que mantuvieron una relación distante y complicada. Sobrellevando esta pérdida, se dedica a elaborar réplicas en miniatura en su hogar –ubicado en un lugar algo alejado de la ciudad, lo que lo dota de una incómoda sensación de extrañeza, siempre con las luces bajas– junto a su excesivamente pasivo esposo (un correcto Gabriel Byrne) y sus dos hijos (sobresalientes Alex Wolff y Milly Shapiro). Ellos todos también mantienen entre sí una relación algo hostil por hechos que iremos conociendo a lo largo del film.

 

La cinta, en efecto, basa mucho de su impacto en este elenco, sus relaciones, sus actos, y las consecuencias nefastas de los mismos. El halo de tragedia es permanente, y la sensación de trance se comienza a encumbrar y con ello el infalible efecto de “sentir” que algo pasará nos invade durante su metraje. Ari Aster se muestra como un arquitecto de lo trágico con el fin de revelar en el ecran una máquina lenta pero imparable de hechos funestos que parece incansable.

El terror inyectado en ‘Hereditary’ (título del film en inglés) no es aquel que apela a los “jump scares”, sino a uno que se cobija dentro del ambiente en el cual todo se despliega, incrementando la incomodidad mientras más se introduce en terrenos de lo sobrenatural o paranormal (con una pizca de humor negro que se agradece). Esta es una película que va aumentando los grados de tensión a medida que pasan los planos, con una dirección firme por parte de Aster, que cree en el desarrollo de sus personajes malditos (también es el guionista) aun cuando estos por momentos estén al borde de lo caricaturesco.

Fuente: FANDANGO

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