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Viernes, 23 Marzo 2018 20:25

Proyecto Florida: El drama de la indigencia en EU

Por  Staff Puebla On Line

Proyecto Florida (The Florida Project, 2017) se concentra más en el paisaje que en la anécdota. A través de la contemplación apacible, observa las intimidades de un motel, habilitado en forma de conjunto habitacional, donde varias familias interactúan y encuentran su propia manera de sobrevivir.

Las imágenes que permite ver el director y guionista Sean Baker son duras. El pequeño mundo que muestra, ubicado en Orlando, pasa por el filtro juicioso de Moonee (Brooklynn Prince), una pequeña de seis años, inocente y divertida, que convive con su madre deleznable, por irresponsable y viciosa.

Es un verdadero ejercicio de tolerancia, la contemplación de Halley (Bria Vinaite) que otorga a la niña en formación los peores ejemplos de conducta. Nada bueno le espera a esa familia, que crece sin oportunidades y con un destino prácticamente marcado hacia el reciclamiento de patrones, como el embarazo adolescente y la desintegración.

El sistema político, la economía, la sociedad parecen ser los enemigos invisibles de estas mujeres que enfrentan un futuro umbrío. Contribuye, a la depresión colectiva de la comunidad, la presencia permanente de Disney World, el oneroso centro de entretenimiento infantil, donde se cumplen todos los sueños y a donde los desposeídos no pueden ir.

 

Sin embargo, en medio de la perdición y la desesperanza existe Bobby (Willem Dafoe), el gerente del motel, un ángel que protege a los inquilinos y ofrece algo de paz y serenidad, en medio del caos comunitario en el que viven, él incluido.

Con una interpretación entrañable, Dafoe se convierte en una suerte de general en el refugio. Cuida a los que ahí habitan, transformándose en un tipo duro cuando es apremiado, los conduce con un tierno sentido paternal, se compadece de sus problemas y hasta se hace cómplice de sus pequeñas faltas, para aligerarles la estancia.

Baker se mueve entre el humor ácido y reflexión. Moonee y su pandilla de pícaros deambulan por ahí, en temporada vacacional y se la pasan sensacional, haciendo travesuras, algunas bastante serias.

Los pequeños se han fogueado en las carencias y observan a la distancia, entre suspiros, la Tierra Prometida, hogar de Mickey Mouse, a donde nunca accederán. El contraste es brutal. Pero inventando sus juegos, ensoñando, escapan de la tragedia marginal en la que existen con sus familias.

Toda la película es un enorme comentario sobre las desigualdades que se viven al interior del gran país donde habitan los dioses de la guerra y el capitalismo. También hay miseria en Estados Unidos, la tierra del progreso, libertad y democracia. De acuerdo con la crítica de Baker, la subsistencia puede conseguirse a través del asistencialismo, con el que el gobierno se apiada de quienes no pueden acceder al trabajo y demás privilegios.

Fuente: PROCESO

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