AutoCosmos informa que algo hemos contado sobre la aventura extraña de Aston Martin con el Cygnet. Obligado a rebajar las emisiones medias de su gama, la firma británica se asoció con Toyota en 2011 y convirtió el IQ en un citycar que no tenía más diferencias que su frontal y un interior extremadamente lujoso, aunque costaba 5 veces más caro.
Obviamente que ese experimento no duró demasiado y para todos, la era Cygnet había quedado en el olvido. Pues no.
Y es que además de estrenar en sociedad el nuevo DBS Superleggera 2019, Aston Martin quiso sorprenden a la audicencia que asiste al Festival de la Velocidad de Goodwood con un one-off basado en el Cygnet, desarrollado por la división Q de la marca.
Como novedad incorpora un portentoso motor V8 4.7 litros con 435 caballos de fuerza. Este propulsor, derivado de la antigua generación del Vantage, ofrece al Cygnet algo así como 335 hp más que el diminuto motor que Toyota le ponía al Cygnet.
Y con este potencia, asociado a una caja automática Sportshift de siete velocidades, el Cygnet debutó en Goodwood ofreciendo una aceleración de 0 a 100 km/h en 4.2 segundos.
En materia de diseño, mantiene la cara original, pero la marca le hace espacio al nuevo motor y a los rines notoriamente más anchos, con extensiones fabricadas en fibra de carbono. En la trasera, en tanto, destacan sus dos tubos de escape centrales.
El habitáculo no es igual de lujoso, porque incluye una jaula antivuelco, asientos Recaro de competición, un sistema de extintores, un tablero de fibra de carbono y un volante que se extrae, entre otras cosas.
Si bien es un modelo legal para uso en la calle, Aston martin indicó que con mínimas modificaciones puede cumplir varias normativas de competición de la FIA.