Sin una orden de detención y sólo por “comportarse de manera sospechosa”, agentes ministeriales de Puebla detuvieron a un hombre y lo trasladaron hasta el motel Kyoto, cerca del Parque Ecológico, para torturarlo y obligarlo a firmar una declaración que desconocía.
El hombre fue detenido e incomunicado el 25 de febrero de 2014 y, seis días después, pudo ver a su esposa y a su abogado en la habitación 401 del motel que ofrece televisión por cable, servicio de lavandería y guía turística, reporta 24 Horas Puebla.
Por el caso, la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de Puebla emitió una recomendación el 24 de enero de 2017 donde ordena la presentación de una denuncia en contra de los dos elementos de la Policía Ministerial, de la entonces Procuraduría General de Justicia (PGJ), hoy Fiscalía General del Estado (FGE), que participaron en la tortura.
El día de su detención, el hombre –cuyo nombre es reservado en respeto a sus garantías individuales– portaba un arma y, a decir de los agentes ministeriales, “se comportó de manera sospechosa” al verlo cerca del fraccionamiento Lomas de Angelópolis. Y, por ello, lo detuvieron para realizarle una “revisión de rutina”, según la declaración que dieron ambos al órgano de derechos humanos.
La revisión de rutina se tradujo en asfixia, tirones de cabello, golpes y una amenaza de matarlo “lentamente”, de acuerdo con el testimonio del afectado.
La primera sesión de tortura ocurrió en el sótano de la entonces PGJ. Ahí, “fueron tres ocasiones que me pusieron la bolsa en la cabeza y yo forcejeaba porque sentía que me asfixiaba”.
Después lo desvistieron y lo arrojaron al piso para cubrirle la nariz y la boca con una franela, mientras un chorro de agua sucia caía sobre su cara. “Yo sentía que me ahogaba, yo forcejeaba y trataba de liberarme de sus manos… (Alguien) me decía ‘necesito que digas que tú mataste y necesito que lo que yo te diga en este momento lo declares frente a la persona que va a estar escribiendo”, narró el agraviado al órgano local, según la recomendación 03/2017.
La sesión de tortura se replicó, de acuerdo con el testimonio, tres veces más en días distintos. Una tarde, incluso, el hombre fue llevado hasta su domicilio para buscar una cantidad de dinero que jamás fue hallada. “Me hiciste ver como pendejo”, le dijo un ministerial durante el regreso a la extinta PGJ, donde fue de nueva cuenta torturado.
Al final, el hombre aceptó firmar una declaración por el presunto delito de homicidio, juicio que se mantiene pendiente en el Juzgado de lo Penal del Distrito Judicial de Cholula.
Los agentes trasladaron hasta el motel Kyoto al hombre y, sin embargo, ni las amenazas ni las agresiones cesaron, de acuerdo con lo narrado. Hasta el 1 de marzo, es decir, tres días después de su detención, la entonces PGJ se comunicó con los familiares del agraviado, a quienes se les negó el contacto con él hasta el día 3 de ese mes.
El 11 de marzo la CDH acudió hasta el motel e inició una serie de exámenes psicológicos y físicos al torturado. El expediente que integró el órgano local concluyó que el agraviado presentaba un “trastorno de estrés post traumático consecuencia de la tortura” que recibió.
Fuente: http://24horaspuebla.com