Por el incremento en los casos de violencia y asesinatos contra la mujer, el término “feminicidio” se ha generalizado y se ha empleado en función de una calificación social más que en un elemento que determine el tipo legal del delito, lamentó Germán Molina Carrillo, director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.
El catedrático se refirió a casos donde los homicidios no tienen como motivación el género de la víctima y que en el transcurso de las investigaciones un sector de la sociedad ya los califica como feminicidios, lo que demuestra una tendencia de generalizar los hechos e incluso se corre el riesgo de actuar bajo un patrón determinado para detener y responsabilizar a la pareja de las víctimas.
Hay que señalar que uno de este tipo de casos se registró en febrero pasado, cuando la ministerial Areli Sánchez Domínguez fue baleada en un lote de autos de la colonia Xanenetla del municipio de Puebla. De manera pública se manejó como el feminicidio 16 en la entidad, sin embargo las investigaciones determinaron que su muerte fue a consecuencia de un asalto.
“Los elementos de tipo penal con el feminicidio sí tienen que ver en cuanto a la relación que tuviera el delincuente con la persona, si por ejemplo fue un asalto y el hombre mata a la mujer al oponer resistencia, es un homicidio porque igual pudo matar a quien se le haya puesto enfrente, pero si había una relación afectiva con la víctima y hay antecedentes de violencia se podría cuadrar (en feminicidio).”, dijo Molina Carrillo en entrevista
Consideró importante unificar a nivel nacional los criterios sobre feminicidio. En este sentido, adelantó que, junto con otras universidades, se prepara abrir un debate sobre el tema, principalmente en el terreno jurídico y a nivel de información.
No obstante, reconoció que el hecho de que la sociedad generalice el término refleja la preocupación ante los hechos de violencia contra el sector femenino.