Los restos del sacerdote Alejo Nabor Jiménez Juárez, secuestrado y asesinado en Poza Rica, fueron velados e inhumados por sus familiares y amigos en una agencia funeraria de la ciudad de Puebla.
Jiménez Juárez, originario del municipio de Zoquitlán, fue trasladado desde Veracruz para darles sepultura en la capital del estado.
Entrevistados por El Sol de Puebla, los hermanos del sacerdote lo recordaron como un hombre ejemplar,que asumió el rol del padre que faltaba en la familia y, sobretodo, como un auténtico devoto que desde pequeño demostró su vocación por el sacerdocio, pues los instaba a cortar flores para ofrecerlas a la Iglesia.
Alejo Nabor, que apenas el pasado julio cumplió 50 años de edad, declinó ejercer la licenciatura en Administración que estudió cuando joven para después, ya adulto, ingresar al Seminario de Tehuacán para iniciar su carrera sacerdotal y dedicarse por completo a su vocación religiosa.
Pese a muchas complicaciones y problemas, se ordenó sacerdote diácono 18 años después y desde hace varios años era el guía espiritual de cientos de fieles en la Iglesia de Fátima en Poza Rica, Veracruz.
A decir de los hermanos, él nunca manifestó preocupación o miedo por lo que ocurría a su alrededor, mostrándose como un hombre fuerte y concentrado en el servicio a Dios.
Por eso, la familia se declaró indignada con la versión de un supuesto robo de dinero y vehículos como el móvil del homicidio, como lo señaló la Fiscalía de Veracruz.
Fuente: https://www.elsoldepuebla.com.mx/local/con-la-virgen-de-fatima-reciben-a-clerigo-poblano-asesinado