Miembros de las dos células del crimen organizado más importantes del país, el cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas, se disputan las ganancias de al menos mil 300 millones de pesos que dejó el robo de combustible en Puebla en 2015, y que a su paso detonó en una sangrienta batalla que en el primer semestre del año ha cobrado la vida de una treintena de chupaductos y víctimas colaterales en la puja diaria por la ordeña del poliducto Minatitlán-México, informa Diario Cambio.
En términos económicos, este delito produjo a la entidad cuantiosas pérdidas durante 2015 por mil 229 millones de pesos, según un informe de Petróleos Mexicanos en respuesta a una solicitud de información hecha por Milenio Puebla, cifra que la coloca como el primer lugar en detrimento por encima de Hidalgo, Estado de México y Guanajuato.
La disputa entre los cárteles
Los grupos detrás de los ejecutados y sicarios son miembros del cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y de Los Zetas, conocidas en todo México por su violencia extrema y por controlar el tráfico de drogas.
Además, se menciona la presencia de personas ligadas con La Familia Michoacana y el Cártel del Golfo, los cuales buscarían controlar la zona limítrofe con Veracruz.
Derivado de esto, el número de muertos creció de forma exponencial debido a que tan sólo en el primer semestre de este 2016, se han registrado al menos 30 homicidios violentos ligados a la disputa que mantienen estas bandas, entre los que destaca la masacre en Acatzingo el pasado 12 de junio, cuando perdieron la vida en un campo de béisbol cuatro personas, tras ser agredidas a quemarropa por un comando que iba en busca del capo de chupaductos, José Luis Vélez, alias “La Pachona”.
CAMBIO documentó que tan sólo en enero, ocurrieron cuatro ejecuciones más relacionadas con esta guerra: una en Palmar de Bravo, dos en Felipe Ángeles y otra en Acatzingo, en esta última la víctima fue Andrés Alberto Juárez, policía municipal que habría sido asesinado en venganza por participar en operativos contra la red de ladrones de combustible.
En los meses subsecuentes se registraron 25 homicidios dolosos más, cuyo principal móvil de las autoridades fue el ajuste de cuentas, la disputa por el territorio e incluso una muerte durante una persecución con ladrones de vehículos, los cuales presuntamente eran destinados para transportar los bidones con combustible robado.
Los casos más recientes tuvieron lugar apenas este domingo cuando se registraron cuatro muertos en una balacera en la comunidad de San Sebastián Villanueva perteneciente a Acatzingo, así como una persona ejecutada en Felipe Ángeles, todos presuntamente dedicados al robo de hidrocarburo y en donde incluso se reportó el deceso de otro líder de la zona.
Tal cifra de homicidios en el primer semestre del año supera un 190 por ciento el número de casos registrados al cierre del 2015, cuando acaecieron 16 muertes relacionadas con esta disputa.
Incrementa en un 200 por ciento homicidios en el triángulo rojo
En los primeros cinco meses del año crecieron en un 200 por ciento los homicidios dolosos en los municipios que conforman el triángulo rojo en Puebla, en comparación con el mismo periodo en 2015, siendo Palmar de Bravo el epicentro de la violencia al acumular nueve asesinatos de los 21 documentados por el Sistema Nacional de Seguridad Púbica (Snsp).
De acuerdo con el reporte, de enero a mayo, Acatzingo ha registrado dos homicidios dolosos en ese periodo, mientras que Tepeaca y Quecholac albergaron cinco casos cada uno.
En tanto, Palmar de Bravo reportó nueve decesos violentos, arrojando un total de 21 en esta zona; es decir, tres veces más que los siete registrados en 2015.
