El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha creado un futuro compartido y una estable y próspera región comercial, cuya eliminación sería un retroceso para México y Estados Unidos, asentó el expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, promotor del acuerdo en su mandato.
Afirma que la competitividad es la vía de promoción del bienestar, la cual no se logra con gestos paternalistas hacia los trabajadores, ataques autocráticos sobre empresas o repudiando socios vitales en el comercio internacional.
El exmandatario mexicano (1988-1994) fijó su posición acerca del (TLCAN) en el blog sobre América Latina y el Caribe de la London School of Economics and Political Science.
Tras afirmar desde el título que el TLCAN es la solución y no el problema, recordó que antes de la década de 1990 el libre comercio tenía poco sentido regional, pero la situación cambió tras la caída del muro de Berlín en 1989.
Fue una época en que "cuando los hechos cambian, yo cambio mi mente y ¿usted que hace?" dijo en recuerdo del economista británico John Maynard Keynes, para agregar que México y Estados Unidos iniciaron entonces negociaciones con un grado de madurez sin precedente.
El documento fue negociado por los gobiernos de Salinas de Gortari, de su par estadunidense George Bush (padre) y del entonces primer ministro canadiense Brian Mulroney. El 1 de enero de 1994 entró en vigor.
Una fotografía de la firma del documento acompaña la contribución del exmandatario mexicano al blog de la LSE que lo publica.
Luego enumera los beneficios del TLCAN para ambos países. México era un país monoexportador de petróleo, y ahora exporta bienes por mil millones de dólares diarios, desde tomates y chiles hasta celulares y televisiones.
Cada dólar de las exportaciones mexicanas contiene 40 centavos de importaciones estadunidenses, de suerte que siete millones de empleos en Estados Unidos y tres millones en México dependen de esa relación.
En materia salarial afirma que los sueldos en México ligados al NAFTA son 40 por ciento más altos que el resto, con un 90 por ciento de los trabajadores sindicalizados.
Antes del acuerdo, las exportaciones mexicanas a América Latina eran el 10 por ciento del total del país y ahora representan el 25 por ciento de todo el comercio exterior mexicano.
Para la economía estadunidense los números también son favorables, afirma antes de recordar que muchas deficiencias atribuidas al TLCAN empezaron en la economía estadunidense al menos desde la década de los años 60 del siglo pasado.
El gran enemigo de la verdad con frecuencia no es la mentira, sino el mito persistente, persuasivo e irreal, anota en recuerdo de las palabras del expresidente estadunidense John F. Kennedy.
En ese sentido, recuerda que entre las 10 entidades de Estados Unidos que más han ganado empleo gracias al TLCAN figuran precisamente las del llamado "cinturón de óxido", en el medio oeste, entre ellas Ohio, Michigan y Pennsylvania.
En materia de migración indica que gracias al acuerdo comercial el fuerte flujo migratorio de México hacia el norte que había comenzado en 1997, pudo ser contenido y hoy más mexicanos retornan que los que se van al país vecino.
Alerta de que el asesinato del TLCAN, como piden algunos, destruiría millones de trabajos estadunidenses y más aún en México, pues causaría alto desempleo y generaría más migración que ningún muro podría detener.
Eliminar el TLCAN generaría nuevas tensiones, ansiedades y costos, con inflación sin control. El esfuerzo que demandarían esos evitables problemas, sería mejor usado en crear empleos en ambas naciones, advierte también.
Los retos entre ambos países se deben de superar de una manera fluida, civilizada y madura, concluye.
Fuente: Notimex