Apro informa que Rubén Pérez Andrade, el octavo policía detenido por la desaparición de cinco jóvenes en Tierra Blanca, Veracruz, confesó que todos fueron asesinados, quemados, molidos en un molino de caña y tirados a un pequeño río que pasa por el rancho “El Limón”.
Así lo confirmó el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Roberto Campa Cifrián en entrevista con Primero Noticias de Televisa con base en las declaraciones de Pérez Andrade, elemento de la Policía de Veracruz detenido el lunes pasado.
“Los restos conforme a la información con que se cuenta fueron quemados, posteriormente fueron molidos, seguramente en un molino de caña y luego fueron tirados a un pequeño río que pasaba por ahí (…) Estos restos se recogieron y se identificaron lo que corresponde a dos personas”, detalló Campa.
Los restos óseos, agregó, tenían tejido y por ello se pudo hacer la vinculación genética con las huellas de sangre halladas en una camiseta y otra hallada en un árbol.
Los mataron por venganza
Por separado, en entrevista con Radio Fórmula, José Benitez, padre de uno de los jóvenes desaparecidos y quien tuvo acceso a las declaraciones de Rubén Pérez Andrade, afirmó que a los muchachos los mataron por una venganza.
“Nos leyeron la declaración de este señor policía donde narra todos los hechos. Él vive todo, nombra a todas las personas que están detenidas, en qué participaron ellas, a dónde los entregan y pasa lo que no queríamos que pasara, nos los matan.
“El hombre así lo narra, nosotros la esperanza no la vamos a perder nunca, Rubén Pérez Andrade narra todos los hechos tal y como fueron, y narra cómo participan ellos en ese evento, es testigo de que nos matan a los muchachos”, relató el padre de familia.