La Jornada informa que para el gobierno de México, realizar una ceremonia especial aquí ante el fin de la visita del papa Francisco tuvo como propósito ''agradecer los mensajes de paz, reconciliación y esperanza que su visita ha dejado en los mexicanos''.
Así, ya caída la noche concluyó en esta frontera de Ciudad Juárez, Chihuahua, la visita del jefe del Estado Vaticano con un acto sin discursos en el aeropuerto internacional 'Abraham González'. Y como llegó, también para esta ocasión asistieron a la ceremonia el presidente Enrique Peña Nieto, su esposa Angélica Rivera, integrantes del gabinete federal y unas cinco mil personas.
Esta vez la salida hacia Roma se da con música y bailables norteños y mariachi.
Peña Nieto y el papa Francisco se despidieron a unos metros del avión de una aerolínea mexicana, a las 19:11 horas, que llevará a la comitiva mexicana de regreso a Roma. La Presidencia destacó también que con el gesto de acompañar al pontífice en su último punto en México, el gobierno refrenda el compromiso del país con el respeto a los derechos humanos y a dialogar sobre acciones conjuntas ''para la construcción de un mundo más humano, fraterno y justo''.
En la tarima donde sólo fueron colocadas las banderas de México y de El Vaticano, ambos saludaron a sus respectivas comitivas y se escucharon los himnos de cada Estado. De acuerdo con la información de la Presidencia, después de seis días en México, Francisco, el jefe de la Iglesia Católica celebró cinco misas y recorrió 221 kilómetros a bordo de vehículos automotores.
Todas las noches durmió en la Ciudad de México, pero también estuvo en Ecatepec, San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Morelia y Ciudad Juárez. También dio ocho discursos ante auditorios diferentes, que lo mismo incluyeron a la clase política que a reclusos, a jóvenes e integrantes del sector laboral, entre otros.