Regina García sólo alcanzó a exclamar un: "¿Por qué tan rápido?", luego de ver pasar al Papa Francisco frente a sus ojos en la caravana que lo llevó a la Basílica de Guadalupe, en donde el obispo de Roma ofició la primera misa de su gira por México.

Ella, como otros vecinos de la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo, permaneció bajo el sol más de tres horas esperando el paso del Pontífice, en las vallas que se instalaron en donde inicia la Calzada de Guadalupe, en el cruce con Eje 2 Norte y Paseo de la Reforma Norte.

Una vez que un helicóptero y la avanzada de motocicletas dieron la señal que el Papa Francisco se acercaba, las porras, los cantos y la emoción se incrementaron.

Los gritos y el agitar de los banderines fueron intensos, pero breves, debido a la velocidad de los vehículos.

En cinco segundos el Papamóvil realizó el recorrido del Eje 2 Norte a la calle Acero, en donde se encontraba Regina con su nieta, y a quien durante la espera le narró cómo, en ese mismo punto, vio pasar en cuatro ocasiones a Juan Pablo II.

Jóvenes voluntarios repartían agua de manera gratuita entre los asistentes, mientras que en la entrada al estacionamiento de un restaurante Sanborns se instaló una mesa para vender alimentos, aprovechando la ocasión.

“En 1999 Juan Pablo II estuvo aquí más tiempo, se detuvo para bendecir esa escultura", narró Regina a su nieta, señalando hacia la Cruz de la Evangelización.

Esta pieza escultórica, también conocida como Monumento a los Peregrinos, ubicada en donde concluye la Calzada de los Misterios, consistente en una cruz de 22 metros de alto con las figuras de monjes franciscanos hacia cada uno de los puntos cardinales.

La cruz fue bendecida por Juan Pablo II el 23 de enero de 1999, en su camino a la Basílica de Guadalupe, en donde entregó el Documento Conclusivo del Sínodo de los Obispos de América.

Al recordar esto, Regina le manifestó a su nieta, Johanna, su deseo de que Francisco se detuviera a darles la bendición.

“Si se detiene el Papa y te da la bendición, a tu mamá le va a dar mucho gusto, a ella también se la dio ese día", dijo la abuela.

Así pasaron los minutos, hasta que se acercó la comitiva papal a una velocidad que permitió ver a Francisco sólo unos segundos, y en minutos la gente se retiró a sus casas, pensando si regresaban por la noche "si no hace frío", dijo Regina.

Fuente: http://www.excelsior.com.mx/nacional/2016/02/13/1074974