Milenio informa que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) detectó en 2015 que grupos de internos ejercían poder en los penales de Nuevo León: "Topo Chico", "Cadereyta" y "Apodaca".
En junio de 2015 la CNDH entregó un informe al entonces gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina, y al rector de la Universidad Autónoma de ese estado en el que, entre otras violaciones a derechos humanos, denunció el control que tenían grupos de internos en los penales de la entidad.
La CNDH tuvo conocimiento de la existencia de grupos de internos que realizaban cobros por diversos conceptos y cuando los internos no cubrían las cuotas que les exigían eran golpeados y castigados.
En "Topo Chico" y "Apodaca" se observó que grupos de internos ejercían el control de acceso a diversas áreas comunes y dormitorios; ocupaban estancias con una menor cantidad de internos que el resto de las celdas o poseían artículos electrónicos que no tenía el resto de los reos.
En "Cadereyta" la CNDH vio como algunos internos usaban teléfonos celulares y tenían servicio de internet.
En "Apodaca" se observó que la mayoría de las áreas comunes, entre ellas la visita íntima, se encontraban "vigiladas por internos zetas, quienes elaboran un registro de las personas que transitan por ellas".
En ese entonces la CNDH urgió a garantizar la integridad de los internos de esos penales "para prevenir cualquier maltrato de parte de otros reclusos".
Otras violaciones detectadas
En el informe, la CNDH denunció otras violaciones a derechos humanos como en el caso de "Topo Chico" donde observó a varios internos encadenados con grilletes de pies y manos en un área del penal llamada "canina".
Además en ese mismo penal el área de locutorios, donde los presos se entrevistan con sus abogados, no cuenta con espacios que garanticen la privacidad de las conversaciones.
La CNDH también detectó que en "Topo Chico", "Cadereyta", "Apodaca" y en el Centro de Internamiento y Adaptación Social de Adolescentes Infractores no existe separación entre procesados y sentenciados. Además de que en "Topo Chico" observó a mujeres en el área varonil.
Adicionalmente detectó que en "Topo Chico", "Cadereyta" y "Apodaca" se imponen correctivos disciplinarios sin garantizar el derecho a una audiencia previa a la sanción, no se notifica por escrito del correctivo aplicado, se les aísla y se le restringen servicios del penal.
La CNDH detalló también que en esos tres penales las celdas estaban cubiertas con cobijas y madera, impidiendo la visibilidad hacia el interior, lo que para la Comisión representaba "un grave problema de seguridad para los establecimientos y para la población interna, ya que obstaculiza al personal de seguridad y custodia llevar a cabo sus labores en forma adecuada, les impide ver qué sucede al interior de los dormitorios, circunstancia que puede ser aprovechada para realizar conductas ilícitas e incluso para golpear o maltrato".
En los tres penales la CNDH encontró además malas condiciones de las instalaciones e insalubridad, alimentos insuficientes y hacinamiento.
Malas condiciones de instalaciones e insalubridad
-En el penal de "Topo Chico" la CNDH detectó que la ventilación es deficiente, que hay fugas de agua en lavabos y regaderas en los servicios sanitarios; falta de planchas para dormir en el área "canina" donde el servicio sanitario es insuficiente y está en malas condiciones, pues no tiene suministro de agua corriente para el aseo del inodoro.
En la sección femenil de "Topo Chico", el servicio sanitario, las llaves de los lavabos y regaderas se encuentran en mal estado; las conexiones eléctricas estaban expuestas, generando el riesgo de corto circuito e incendio.
En los dormitorios varoniles, se observaron filtraciones en los techos y planchas rotas; fugas de agua, regaderas sin funcionar, drenaje de algunos inodoros obstruido y las tazas sanitarias sin depósito para el desagüe.
En el área de sancionados, el servicio sanitario se encuentra obstruido y sucio.
-En "Apodaca" y "Cadereyta", más de la mitad (65%) de las celdas no tiene colchonetas, en ambos penales se encontraron fugas de agua, llaves oxidadas, drenaje obstruido y lavabos rotos.
En la cocina de "Apodaca" las ollas están deterioradas y en "Cadereyta" había restos de comida y basura en los dormitorios, mientras que en el comedor las mesas de cemento estaban en mal estado y con grietas.