Contrario al discurso oficial, las condiciones del mercado laboral en el país no muestran mejoría: el desempleo creció en diciembre pasado y la informalidad se mantiene prácticamente igual; mientras la subocupación se redujo por el incremento de empleos temporales en el último mes del 2015.
Al dar a conocer la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente a diciembre del año pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informó que a escala nacional, la tasa de desocupación (TD) fue de 4.4% de la Población Económicamente Activa (PEA) en ese mes, porcentaje superior al observado en noviembre, cuando fue de 4.2%.
Sin embargo, en las 32 principales áreas urbanas del país, en donde el mercado de trabajo está más organizado, la desocupación en este ámbito significó 5.4% de la PEA en el mes en cuestión, tasa mayor a la del mes inmediato anterior, de 4.7%, con cifras ajustadas por estacionalidad.
Eso no es todo, las condiciones laborales de la mayoría de los mexicanos son precarias.
Según el Inegi, la tasa de informalidad laboral se ubicó en 57.7% de la población ocupada en diciembre pasado, cifra que representó una caída de 0.8 puntos porcentuales frente a la del mes precedente, con datos desestacionalizados, ya que en el doceavo mes del año se abren diferentes empleos temporales en el sector formal.
De acuerdo con el organismo de estadística, la tasa de informalidad laboral se refiere a la suma, sin duplicar, de los que son laboralmente vulnerables por la naturaleza de la unidad económica para la que trabajan, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo.
Así, en esta tasa se incluye –además del componente que labora en micronegocios no registrados o sector informal– a otras modalidades análogas como los ocupados por cuenta propia en la agricultura de subsistencia, así como a trabajadores que laboran sin la protección de la seguridad social y cuyos servicios son utilizados por unidades económicas registradas.
El efecto “fin de año” en el empleo, provocó que la población subocupada, medida como aquella que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas significó 8.4% de la población ocupada según series desestacionalizadas, proporción inferior en 1 punto porcentual a la observada en noviembre pasado.
Sólo 4.4% de mexicanos son empleadores
De acuerdo con el INEGI, del total de ocupados, 68.6% opera como trabajador subordinado y remunerado ocupando una plaza o puesto de trabajo; 21.8% trabaja de manera independiente o por su cuenta sin contratar empleados; 5.2% se desempeña en los negocios o en las parcelas familiares, contribuyendo de manera directa a los procesos productivos pero sin un acuerdo de remuneración monetaria; mientras que sólo 4.4% son patrones o empleadores.
La población ocupada por sector de actividad se distribuyó de la siguiente manera:
En los servicios se concentró 42% del total de los mexicanos; en el comercio, 20%; en la industria manufacturera, 15.7%; en las actividades agropecuarias, 13.5%; en la construcción 7.5%; y en “otras actividades económicas” –que incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas– 0.8% apenas.