Al destacar que la UNAM “vive una buena etapa”, pues sus servicios son pertinentes y de calidad, el rector José Narro Robles, aseguró que entrega una institución con cuentas claras, fortalecida, tranquila y que mantuvo su autonomía frente a “todo poder”, ya que ningún funcionario o político buscó dañar a la institución por las declaraciones que hizo en estos 8 años al frente de la institución.

A tres días de que la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional emita la convocatoria para el proceso de sucesión, el rector pidió tolerancia entre la comunidad universitaria, pues está seguro de que podrán expresar sus opiniones y preferencias con libertad, pues la Junta de Gobierno “es garantía de que el proceso para designar a quien dirigirá el trabajo de la comunidad, tendrá lugar con los más altos estándares universitarios”.

Al presentar los principales logros de la UNAM en el periodo 2007-2015 en la sala Miguel Covarrubias, del Centro Cultural Universitario, Narro Robles aseveró que los estados financieros han sido sometidos al escrutinio de las instancias correspondientes, por lo que “las cuentas han sido y serán claras”.

Ante los ex rectores que siguen vivos, directores, investigadores, académicos y estudiantes, el rector de la UNAM destacó que después de la huelga levantada en el año 2000, la universidad lleva 15 años de tranquilidad, de consistencia y continuidad.

Pese a que en su gestión, un grupo tomó el edificio de la Rectoría y otro mantuvo tomada la Dirección General del CCH, Narro Robles afirmó que nunca impulsó acciones sin consenso y “nunca se cedió ante la presión y en lo académico por supuesto no se permitieron pasos atrás”.

En un mensaje de casi 30 minutos, el rector de la Máxima Casa de Estudios asumió que tuvo “errores y defectos”, pero dentro y fuera de la universidad ejerció su derecho a señalar y defender sus verdades y externar sus posiciones.

Dijo que se corren riesgos cuando se plantean opiniones que no coinciden con algunas políticas públicas, pero ningún funcionario gubernamental o político usó su autoridad para intentar dañar a la Universidad por las opiniones del rector.

Cuando se me nombró rector, dije que asumía la responsabilidad con plena conciencia de que la Universidad es una obra colectiva y con historia. Casi nada ocurre en ella de la noche a la mañana o por primera vez. El conocimiento y la Universidad implican procesos acumulativos. Recibí una institución fuerte, trabajando y con prestigio y así la  entregaré”, concluyó.