En compañía de los bisnietos de Porfirio Díaz, el alcalde de Orizaba, el priista Juan Manuel Díez Franco, develó este mediodía una estatua de bronce en homenaje al exdictador.
La ceremonia estuvo enmarcada por las protestas de militantes del Partido del Trabajo, críticas en redes sociales y la inconformidad de actores políticos, como el exgobernador Miguel Alemán, así como por la opacidad y el recurso con el que se realizó la estatua.
En el acto estuvieron presentes Ignacio Díaz, José de la Cruz Díaz y María Eugenia Díaz, bisnietos de quien gobernó el país por 31 años casi ininterrumpidamente.
Dos días antes de que la obra fuera inaugurada, el propio Díez Franco admitió que si el próximo alcalde decide quitar la estatua, “lo puede hacer”, pero entonces se pediría a las próximas autoridades municipales “que se la devuelvan”.
En la ceremonia celebrada en la plaza Bicentenario de Orizaba, el alcalde dio un mensaje en el que pedía a la actual clase política “ponerse a trabajar y dejar de ser corruptos”.
De improviso, una mujer tomó el micrófono y gritó “¡asesino!”.
El evento, auspiciado por el cabildo priista de Orizaba, no contó con la presencia de representantes del mandatario Javier Duarte o del gobierno federal.
Pese al desaire, el edil priista aseguró que se levantaba una estatua “a un héroe y no a un villano”, y advirtió que si en próximos días algún grupo político, organización o incluso militante de su mismo partido se atreve a provocar daños a la estatua, se procederá penalmente.
La estatua tiene tres metros de altura y dos del pedestal, y su material está hecho por completo de bronce.
La polémica inició cuando el edil priista aseguró que él “donaba” esa obra a la ciudad, con autorización del cabildo.
“No quiero hablar de precio, porque para mí Porfirio Díaz no tiene precio. Fue un patriota, una gente que se entregó a México, insisto, pese a sus errores”.
Para el alcalde la develación de la estatua será el primer paso para pedir la repatriación de los restos del general Díaz a suelo mexicano: “Con esto ponemos una semilla”, desafió.
En una esquina del sitio, militantes del PT gritaron consignas contra el exdictador, entre ellas “¡asesino!” y “¡dictador!”, mientras se celebraban los honores a la bandera para quien fue uno de los presidentes más polémicos en la historia de México.