Excélsior informa que de pronto, al minuto 66, Fidel Martínez se encontró dentro del área, frente al portero argentino Nahuel Guzmán, y no desaprovechó el guiño que le hizo la suerte. El ecuatoriano anotó el 2-2, que deja a los Pumas con vida en la eliminatoria contra Tigres.
El técnico Francisco Palencia no festejó el empate a dos tantos frente al brasileño Ricardo Tuca Ferretti. No lo hizo porque sabe que los dos goles que le anotó el equipo regio podrían definir la eliminatoria (debido a que el primer criterio de desempate es el gol de visitante) y es turno de que los auriazules vayan a vencer al estadio Universitario de Nuevo León.
A pesar del botín que se lleva Tigres, parece poco si se toma en cuenta que Alejandro Palacios terminó como la figura del equipo local y que los dos goles de Pumas fueron la consecuencia de los errores de la defensa. Los visitantes fueron mejores que Pumas en la mayoría del partido, superiores por las bandas y concentrando casi todo el juego en la cancha de su rival.
Minuto siete y se escuchó un abucheo en las gradas del estadio Olímpico. El exídolo, el jugador que no se quería ir de Pumas, abría el marcador a favor de Tigres. Un mano a mano de Ismael Sosa con Alejandro Palacios que ganó el argentino y ponía adelante a los dirigidos por Ricardo Ferretti. No festejó el llamado Chuco, a pesar de que André-Pierre Gignac lo fue buscar para felicitarlo.
No había rendija en la defensa de Tigres que pudiera aprovechar Pumas para el empate. La encontró Pumas en un error del brasileño Juninho, que desvió un disparo de Pablo Barrera con la mano y el árbitro asistente marcó el penal. Fue el mismo Dinamita Barrera el que pidió cobrar desde los once pasos, lo hizo fuerte, a media altura y pegado al poste derecho de Nahuel Guzmán, imposible para el portero visitante.
Los de Ferretti salieron tarde del vestidor para el segundo tiempo, pero se hicieron notar en tres minutos sobre el campo. Un pase al lado izquierdo y un disparo de Jurgen Damm que acabó dentro de la portería de Alejandro Palacios. Suficiente para dejar fuera de acción al destacado portero de los Pumas y volver a poner contra las cuerdas a los dirigidos por Francisco Palencia.
Luego, tras el 2-1, la displicencia de Tigres y la enjundia de un Abraham González que acarreó el esférico hasta la zona de ataque de los Pumas. Después, un centro que no pudo despejar Hugo Ayala. Fidel Martínez frente al arquero Nahuel Guzmán y un gol que deja a los Pumas con la obligación de ganar en el estadio Universitario de Nuevo León.