ESPN informa que en un juego de aciertos y errores, ganó el que más concentrado estuvo, el que no dio concesiones ni falló en su objetivo primordial de no regalar ni un centímetro de campo. Pumas, en su nueva era con Francisco Palencia como entrenador, no fue espectacular, pero sí lo suficientemente efectivo como para vencer al Guadalajara, gracias a un autogol de Jair Pereira y un penalti fallado de Carlos Peña.
Pumas cumplió con su labor primordial de defenderse bien para después pensar en atacar. Es una máxima del futbol que Palencia entendió desde su primer encuentro oficial como entrenador. Ya bien plantado en defensa, vendría lo demás y Chivas le ayudó un poco a ello, gracias a una intervención desafortunada de Jair Pereira, quien metió la cabeza para que el balón no le llegara a Herrera, pero no contó con que la dirección que le puso fue directo a las redes de su marco.
A Pumas le salió casi todo sobre el campo, al menos con lo intentado, mientras el Guadalajara sigue sin responder en los momentos cruciales. Como equipo se puede mantener en la pelea, pero a la hora de que aparezcan las individualidades, éstas no responden. De nueva cuenta Carlos Peña tuvo su opción para reivindicarse y falló otra vez desde los 11 pasos. Ahí estuvo gran parte de la derrota.
El cuadro universitario ganó con lo mínimo pero justo con lo necesario. Valía igual golear que vencer por uno a cero como lo hizo. Lo que le importaba eran los tres puntos ante su gente y frente a un rival como el Guadalajara.
Los de Palencia dieron algunos avisos de lo que serán esta temporada: presión alta, bien plantados atrás y latigazos en busca de la velocidad de Barrera, el desequilibrio de Berjón, la picardía de Britos y la fortaleza de Herrera al frente. Se terminó la etapa de Ismael Sosa y Luis Quiñones para dar paso a una nueva apuesta que Juan Francisco quiere implementar. En su primer cotejo, al menos, los tres puntos se quedaron en casa.
Si esa fue su apuesta, Matías Almeyda había imaginado un encuentro distinto. Intentó atacar desde el inicio, pero también desde el primer segundo se topó con un muro que no supo vencer. Faltó imaginación y desequilibrio. No pudieron ni los de antes y tampoco los refuerzos como Marco Bueno o Néstor Calderón. El mismo y más común problema de los rojiblancos, se presentó de nueva cuenta, con pocas opciones para llegar a las redes.
Daba lo mismo que se intentara con remates de fuera del área, jugadas a táctica fija o incluso algunas combinaciones. Chivas simplemente no supo cómo superar a unos Pumas motivados ante su gente y hambrientos de triunfo con un nuevo entrenador que empieza a dejar claras sus ideas.
Al final valió un intento de latigazo para causar el error más importante de la batalla, cuando Pereira intentó rechazar, pero para su mala suerte sorprendió hasta a Cota para dejarlo sin opciones.
Tiempo después Peña tuvo su oportunidad y volvió a flaquear en el momento en el que su equipo más lo necesitaba. Pidió el balón, quiso mostrarse seguro, pero a la hora de rematar se le fue el convencimiento y Palacios detuvo su remate. Ciudad Universitaria festejó a los suyos.