Infobae dio a conoce que tras la derrota sufrida ante México en el debut, Uruguay se presentó en el Lincoln Financial Field de Philadelphia con la obligación de sumar tres puntos ante Venezuela. Sin Luis Suárez, todavía desgarrado, Oscar Tabárez conformó un tridente ofensivo compuesto por Gastón Ramírez, Edinson Cavani y Christian Stuani.
A pesar del sacrificio charrúa, el que consiguió abrir el marcador fue el conjunto de Rafael Dudamel. Gracias a su disciplina táctica y a la exquisita pegada de Alejandro Guerra, los venezolanos festejaron el 1 a 0. El volante de Atlético Nacional sorprendió a Fernando Muslera con un disparo lejano, que si bien el arquero consiguió desviar la pelota con ayuda del travesaño, Salomón Rondón empleó su oportunismo para encender la ilusión. La Cenicienta daba el golpe.
El golpe recibido generó un gran fastidio en el Maestro. Sus dirigidos subestimaron al rival y el precio del error tuvo un costo muy elevado. La derrota dejaba una imagen excesivamente pobre para el seleccionado que más veces ha conseguido alzar la Copa América. En el descanso debían cambiar las cosas.
Las constantes intervenciones de la figura del PSG, fueron los únicos recursos uruguayos para llegar al empate. Sin embargo, las dos líneas de cuatro atentaban contra los deseos de los bicampeones mundiales.
Además, los contragolpes comandados por Adalberto Peñaranda amenazaban con liquidar el destino celeste. El atacante del Granada vulneró en más de una ocasión a la última línea de Uruguay y exigió al experimentado arquero del Galatasaray. Si no hubiese sido por las notables tapadas del oriundo de Buenos Aires la despedida se hubiera concretado con mucha antelación.
El punto final a la participación charrúa se podrá concretar en el duelo que protagonizarán México y Jamaica en el Rose Bowl de California. Si los aztecas logran sumar al menos un punto ante los isleños, Uruguay se despedirá del torneo con mucha pena y nada de gloria.
En cambio, Venezuela se emborrachó en su vino tinto para celebrar la histórica clasificación a los cuartos de final, donde se medirá ante uno de los participantes del Grupo D. Las manos de Dudamel hicieron que la Cenicienta de Sudamérica abandone la adolescencia para convertirse en una de las ocho mejores del continente.