En más de una película, todos tenemos presente esta escena: durante un vuelo hay una emergencia, y lo primero que vemos mientras se desata el caos, son decenas de máscaras de oxígeno salir disparadas para su uso inmediato. Así comienza la pesadilla de muchos. Sin embargo, ¿sabes para qué sirven y cuál es exactamente la razón por la que salen?
Para no sufrir de pánico al echar a volar tu imaginación, investigamos el por qué de algunas medidas de seguridad en aviación comercial. A continuación te las explicamos.
¿Por qué necesitarías una mascarilla de oxígeno?
A mayor altura, menor presión atmosférica, y mientras esta última disminuye, el oxígeno en el aire se vuelve insuficiente para respirar. Por eso la cabina está presurizada: cuenta con un sistema que “inyecta” aire comprimido. Crea un ambiente artificial, similar al que se tiene a menor altura, de acuerdo con Aeroméxico.
Un avión comercial, según la distancia que recorra, puede alcanzar de 31 a 39 mil pies, dice Gabriel Santos, jefe de Capacitación Técnica Aeronáutica, de la Escuela de Aviación México. Por encima de 10 mil pies, respirar se dificulta hasta volverse imposible.
Ya sea por un defecto en el propio sistema de presurización o algo más grave, como una falla en el fuselaje de la aeronave, se puede volver necesario el uso de mascarillas de oxígeno.
En cuanto el error se detecta, el piloto debe buscar una altura menor a 10 mil pies, lo cual puede tomar de tres a cinco minutos, explica Mario Alberto González, secretario general de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA).
De acuerdo con Luis Alberto Autrán, piloto con 10 años de experiencia, el suministro de oxígeno para las mascarillas dura de 15 a 22 minutos.
Mientras la situación se estabiliza, los sobrecargos se aseguran de que todos los pasajeros usen las mascarillas. Cuando hay menor presión, no necesariamente sientes que dejas de respirar inmediatamente, pero puedes perder la conciencia rápidamente cuando el oxígeno deja de fluir por tu cuerpo y sus funciones se interrumpan.
González asegura que durante sus 30 años en el aire, nunca ha lidiado con pérdida de presión. Incluso a veces falla el sistema de presurización automático, pero el piloto puede controlarlo de modo manual y el pasajero ni lo nota.
¿Qué hacer en caso de turbulencia?
La turbulencia se debe a una inestabilidad del aire por muchas razones, afirma Mario Alberto González. Hay tres tipos: ligera, moderada y severa. La primera es la que experimentamos normalmente, y la tercera es la menos común y “ lo peor que te podría pasar como piloto”.
Durante el movimiento brusco, la única y principal indicación es mantener tu cinturón abrochado. Según Santos, en algunas situaciones puede ocurrir un descenso súbito. En caso de no estar asegurado al asiento, el pasajero se estrellaría contra el techo, como cuando en una montaña rusa el carro baja y el cuerpo “se queda arriba”.
¿Qué es la posición de impacto?
No tiene qué ver con las turbulencias, sino con un caso extremo, como un aterrizaje forzoso. Consite en asumir una especie de posición fetal, pero sentado, apoyando la cabeza en el respaldo delantero, para protegerla de cualquier objeto.
¿Por qué no podías usar tu celular?
Esta regla surgió por la posible interferencia de los dispositivos electrónicos en los sistemas de navegación y comunicación del avión. De acuerdo con Gabriel Santos, la norma fue derogada en 2001 por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Ahora cada aerolínea la aplica según su criterio. En la mayoría de los casos, tienes permitido usar tu teléfono en casi todo el vuelo.
Uno de los objetivos principales es garantizar la atención a las indicaciones en momentos clave del viaje, afirma Autrán.
Uno de los casos en que se deben prohibir los aparatos electrónicos es durante un modo de aproximación automático: cuando por condiciones meteorológicas el piloto debe aterrizar con radioayudas proporcionadas por el control aéreo.
El mito de las películas
Por más que lo hayas visto, es imposible abrir la puerta del avión si está presurizado. Ni 10 personas usando todas sus fuerzas lograrían hacerlo, dice Luis Alberto Autrán. Aun así, la entrada se asegura también con un sistema mecánico, afirma el capitán González.