Pese a su reputación de tener muchos Señor Frog’s y complejos turísticos de todo incluido, Puerto Vallarta —y en especial la parte más antigua, conocida como Viejo Vallarta— en realidad alguna vez fue uno de los escapes más glamorosos de México; Elizabeth Taylor y Richard Burton estaban entre sus admiradores más famosos.
Ahora el destino atrae a un nuevo grupo de aficionados elegantes que están interesados en su vibrante comunidad local y arquitectura encantadora, que contrasta con las ciudades costeras que se han construido en las últimas décadas pensadas para turistas.
Gracias a esta vibra auténtica, pero llena de fiesta, así como a sus excelentes playas, Puerto Vallarta se ha convertido en uno de los lugares preferidos en México, tanto para quienes buscan un clima cálido en invierno como para los visitantes que quieren escapar un fin de semana largo.
Pero Vallarta no solo es atractiva por el sol y la arena, sino por la nueva generación de tiendas, restaurantes y galerías que han ido apareciendo en las vitrinas del viejo pueblo. Un ambiente culinario creciente, que incluye taquerías descuidadas y nuevos restaurantes con chefs prometedores, la convierten en una de las mejores ciudades mexicanas para comer. Con un sinfín de bares y clubes nocturnos gay (y un evento del Orgullo Gay que empezó hace cuatro años), la ciudad también tiene la merecida reputación de ser uno de los destinos más amigables con la comunidad LGBT en México.
Viernes
15:00
Colas de pescado
Es comprensible no haber visto este pequeño restaurante frente al aeropuerto, escondido tras el puente peatonal que cruza la carretera, pero no entrar al Tacón de Marlin para comer un tentempié de mediodía significaría perderte de uno de los hitos culinarios de la ciudad: el tacón de pez espada (un tipo de taco asado; 78 pesos mexicanos o unos 3,85 dólares) desbordante, ahumado y jugoso, es el platillo estrella del lugar. Los lugareños y los conocedores del lugar se reúnen para rendirle homenaje, y la mezcla de rancheros mexicanos con sombrero de vaquero, surfistas bronceados, gringos de la tercera edad y viajeros gastronómico constituye una buena imagen de la particular combinación de Puerto Vallarta.
17:00
Paseo al atardecer
El puerto y el Malecón —el paseo a la orilla del océano Pacífico (con vistas dignas de postal gracias al mar y la Sierra Madre al fondo)— han sido un destino para turistas y residentes desde la década de los treinta. Con una remodelación de 2,4 millones de dólares en 2013, dejó de ser andrajoso y se volvió elegante. Después de ver el nuevo muelle y mirador, dirígete a Cuates y Cuetes para beber una margarita bajo sus hojas de maíz secas; la “hora feliz” en realidad parece durar la mayor parte del día, pero es el lugar preferido por expatriados y lugareños para beber un trago o dos al atardecer. Mientras tanto, la nueva Cervecería Unión ofrece una gran selección de cerveza artesanal local de microcervecerías en un espacio grande y con ventiladores en el techo. Prueba la Calavera, una cerveza negra de Tlalnepantla, junto con las deliciosas ostras saladas locales.
20:00
Celebridades de Hollywood
Cuando John Huston filmó La noche de la Iguana en la costa cercana, puso a Puerto Vallarta en el mapa de las celebridades. Uno de los protagonistas de la película, Richard Burton, tuvo una aventura apasionada con Elizabeth Taylor, mientras ambos estaban casados… así que quizá era inevitable que Puerto Vallarta se asociara con uno de los amoríos más famosos del mundo. Uno de los santuarios de su romance es Casa Kimberly, un regalo del actor a Taylor cuando ella cumplió 32 años. El icono fue reinventado hace poco como un hotel boutique de nueve suites, con un restaurante y un bar de tequila, el Iguana. Prueba el cebiche de pulpo, ostión y camarón (236 pesos) y el róbalo asado con jamaica y chipotle, junto con un buen tequila o mezcal, antes de visitar el Puente del Amor, que conectaba el alojamiento de Taylor con el de su amante a través de la carretera.
Sábado
10:00
Todos al mercado
Hace poco, se han abierto mercados de productores y artesanías en pueblos a lo largo de esta costa y las mañanas del sábado docenas de vendedores llegan al Parque Lázaro Cárdenas para su venta semanal. El café orgánico mexicano, las mermeladas locales, el pan recién horneado y los pequeños productores artesanales que venden de todo, desde bolsos tejidos a mano hasta joyería, están entre los atractivos de los puestos al aire libre. Todos los productos se cultivan, se fabrican o se producen en un rango de 75 kilómetros alrededor del mercado municipal.
12:00
Por quién doblan las campanas
Aunque la mayoría de los visitantes del pueblo se concentran frente al mar, Viejo Vallarta es una encantadora mezcla de calles adoquinadas y arquitectura colonial, con cafés, restaurantes y boutiques. Comienza tu día con una visita a la Iglesia de Guadalupe, con su hermosa torre abovedada, que se remplazó después de un terremoto en 1955 con una nueva diseñada por el artista jalisciense Carlos Terrés. A lo largo de la calle, el nuevo café Salati ofrece deliciosos y saludables jugos frescos servidos en tarros, en un lindo espacio.
14:00
Tesoros artesanales
Mientras Puerto Vallarta se concentra en transformar su imagen para alejarse de una reputación más kitsch, hay pequeñas boutiques que han empezado a adoptar una filosofía de “Hecho en México”. Ponciana Boutique, por ejemplo, ofrece todo: desde vasos de tequila fabricados localmente hasta textiles oaxaqueños; mientras que Banderas Soap Blends tiene aceites orgánicos de coco y cáñamo, así como cremas corporales perfumadas. Los regalos perfectos para llevar a casa.
17:00
Sensación contemporánea
Cuando la galería OPC, Oficina de Proyectos Culturales, una organización sin fines de lucro, se inauguró en 2014, se convirtió en una infusión de seriedad al ambiente artístico del lugar, con exhibiciones dignas de museo y un contrapunto cultural para la reputación más turística de la ciudad. Curadas por Pilar Pérez (quien antes fue la curadora de Track 16 en Santa Mónica, California), las exhibiciones previas han incluido una retrospectiva de El Nopal Press (una casa editorial que se concentra en publicaciones de bellas artes sobre problemas sociales que van de Los Ángeles a Ciudad de México) y un espectáculo dedicado a los 43 estudiantes desaparecidos cuyo secuestro masivo en 2014 en la provincia de Guerrero —aún no resuelto— movilizó al país.
19:00
De la granja a la mesa
Una red de restaurantes más pequeños dirigidos por familias está surgiendo en el viejo pueblo como prueba del creciente ambiente culinario. Uno de los nuevos participantes, Tre Piatti, fue inaugurado por una pareja estadounidense de chefs (se conocieron en Quince de San Francisco). El menú cambia cada dos semanas, pero siempre tiene un enfoque italiano y la pasta fresca, como los ravioles de gorgonzola con compota de higo, así como los vegetales locales y los postres, entre ellos la tarta de mora azul, han hecho que la popularidad del lugar crezca; una cena para dos cuesta cerca de 1600 pesos sin vino. Por otro lado,El Campanario es un ejemplo de cómo la comida mexicana simple puede transportarte a otro lugar. No te pierdas el pozole, un caldo espeso de maíz con puerco que puedes aderezar con limón y acompañar con tostadas de maíz. La cena para dos cuesta cerca de 150 pesos.
22:00
Las largas horas de la noche
El Patio de mi Casa es donde los hípsteres se reúnen en una terraza para escuchar música en vivo y beber cocteles artesanales como Ginger Verde, una bebida congelada con mezcal, naranja, jengibre, albahaca y un ligero toque de miel (75 pesos). El Solar es un lugar favorito para bailar cerca de la playa, con varios DJ los viernes por la noche y tocadas en vivo los sábados.
Una banda de música norteña toca para los visitantes de la playa frente al muelle de Puerto Vallarta. Credit Danielle Villasana para The New York Times
Domingo
10:00
Desayuno de campeones
Chefs en sus horas de descanso, artistas, familias locales y conocedores de Puerto Vallarta se dirigen a Coco’s Kitchen para almorzar. Úneteles en el jardín interior para comer un plato de huevos rancheros, pan francés relleno de queso y mermelada, y hotcakes de churro, con una taza de café con leche (450 pesos para dos).
12:00
Domingo en la playa
Los domingos, muchas tiendas, restaurantes y galerías están cerradas, por lo que es el día perfecto para visitar una de las playas prístinas, pasear brevemente en bote o hacer una caminata. Ocean Grill, cerca de Boca de Tomatlán, ofrece un servicio gratuito de embarcaciones para invitados que hagan una reservación para el almuerzo —y tiene una playa privada para nadar antes y después—, que podría incluir mahi mahi y la margarita distintiva del restaurante por cerca de 1000 pesos para dos. Casitas Maraika, que está más apartado, sirve cebiche y unos buenos cocteles, como Bloody Mary con un toque mexicano, en frente de un tramo perfecto de arena y agua cristalina. El almuerzo cuesta cerca de 600 pesos para dos.
Dónde quedarse
Propiedad del arquitecto mexicano Óscar Morán, Hotel Villa Mercedes, cerca del Malecón, tiene un patio ventilado, habitaciones lindas con buenos precios y una vibra bohemia (habitación doble desde 89 dólares; no se permiten niños).
El nuevo Casa Kimberly dentro de un punto emblemático de Puerto Vallarta también ofrece un bar de tequila y un restaurante (habitaciones dobles de 290 dólares a 1125 dólares).
Fuente: https://www.nytimes.com/es/