Notimex informa que el Pueblo Mágico de Pahuatlán, en Puebla, es una zona pluricultural y de paisajes únicos, al estar asentadas las culturas náhuatl y otomí, además de tener escenarios naturales, ríos, puentes colgantes y miradores.
Antiguamente también estuvo la etnia totonaca, la cual fue desplazada al este del país, aunque dejó una herencia en esa parte de la sierra, comentó el director de Turismo del municipio, Francisco Castillo, quien destacó que los visitantes pueden gozar de la naturaleza.
La estancia mínima recomendada es de un fin de semana, tiempo en el que el turista debe visitar uno de los atractivos principales, la comunidad de San Pablito, donde la etnia hñähñu se dedica a elaborar papel amate.
Los visitantes pueden acudir a galerías, talleres, así como un centro artesanal para conocer la elaboración de dicha artesanía. “En los talleres los asistentes pueden elaborar su propio papel, esto mientras el artesano explica un poco de historia, así como el proceso de confección para que al finalizar se lleven un recuerdo de su visita”, planteó.
Indicó que San Pablito tiene unos 7 mil habitantes, la mayor parte artesanos que se dedican al papel amate, así como a la elaboración de productos como collares y pulseras a base de chaquira. Asimismo, en el mirador, ubicado en la parte de la plaza principal del municipio, en el Parque 28 de Enero, se puede admirar una panorámica de la zona.
“Lleva ese nombre debido a una batalla que se llevó a cabo en 1865, en la que pahuatecos combatieron con tropas austriacas y francesas que trataron de invadir Pahuatlán”, apuntó Castillo.
El gasto promedio es de 820 pesos por día, considerando transporte, alimentos, bebidas, diversión y souvenirs; en tanto, el hospedaje por noche va desde 500 hasta mil pesos, dependiendo del hotel.
“Recomendamos un fin de semana, ya que en domingo tenemos el tianguis en donde las comunidades que conforman el municipio se concentran; pueden encontrar artesanía de la región, frutos y gastronomía”, subrayó Castillo.
Luis Pérez, director de Cultura de Pahuatlán, explicó que la bebida Acachul es una de las tradicionales de la sierra, en donde la baya de dicho fruto lleva un proceso de fermentación en unas barricas.
Hay varios productores de la zona, algunos de los cuales distribuyen su producto a otros lugares del país, además de que hay otras bebidas como el licor de piña, de mora, así como de café.
La etnia totonaca dejó en la zona un legado cultural en esa parte de la sierra, en donde los nahuas bailan la danza de voladores conocida como de Tocotines, pero además están las danzas de quetzales y de negritos, entre otras.
“Nosotros también pertenecemos a lo que fue el señorío del Totonacapan; dice una leyenda que Quetzalcóatl llegó con una expedición de viejos a Pahuatlán y fue dejando su conocimiento”, sostuvo.
Existen dos versiones de palo volador, una en la que participan cuatro hombres y en la otra seis; la versión totonaca y la azteca, respectivamente.
“En el caso de la primera se simbolizan los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este, oeste”; en la azteca igual, pero además de los puntos cardinales, el cenit, que es el cielo, y nadir, la tierra. El funcionario mencionó que otras de las danzas que conquistan son la de Santiagueros y la de rituales como la de Tejoneros, de fertilización.
“En la zona hñähñu tenemos tres danzas conocidas, que es la del carnaval, la del jonote y la del maíz, que es un ritual”, acotó.
De su gastronomía, uno de los platillos representativos es la salsa de Chicales, unas hormigas, cuya temporada es entre junio y julio.
La manera de recolectar dicha especie es curiosa al requerir un día con mucho calor para que salga. En la madrugada es cuando los pobladores van a los hormigueros con velas y antorchas a recolectarlas, recordó Pérez, quien añadió que el cuarto de Chicales ronda los 500 pesos, debido a lo complicado de su recolección. Se preparan acompañadas con carne de puerco.
¿CÓMO LLEGAR?
En coche, la primera opción es pasar por Apizaco, tomando la autopista Tlaxco-Tejocotal, incorporarse a Xochitlán, luego a San Pedro Tlachichilco, donde se encuentra la ruta 106 que lleva directamente al municipio; el tiempo estimado desde la capital poblana es de tres horas y media.
La segunda es por el Arco Norte rumbo a Tulancingo, Hidalgo, luego San Pedro Tlachichilco, que es donde se toma la ruta 106 para llegar a Pahuatlán, con un tiempo de tres horas.