Excélsior informa que se llama Esmeralda Solís González y, después de desfilar por pasarelas y mostrar su linda figura, se puso los hábitos y entregó su vida a Dios.
“Pudo ser una gran candidata a Miss México pero recibió el llamado de Dios al cual se dedicará”, anunció la organización del concurso.
Esmeralda tiene 22 años y fue elegida en 2016 para representar a su población, Valle de Guadalupe, en el certamen de belleza de la que saldría la reina de Jalisco. Pero, antes de llegar a esa instancia, renunció al concurso y a sus estudios de nutricionista para tomar los hábitos.
“Yo era muy feliz con todo lo que tenía, pero no se compara con la felicidad que Dios coloca en mi corazón ahora”, dijo la joven en una entrevista con la Agencia Católica de Informaciones (ACI).
La exreina, nacida en el seno de una familia católica, ahora está en un convento de Cuernavaca. Asegura que su vocación se despertó desde los 14 años cuando asistió a misiones y campamentos con las misioneras clarisas.
“Me di cuenta que debía hacer un espacio en mi vida para saber qué era lo que Dios tenía planeado para mí”, agregó.
Sobre el cambio de vida que ha tenido desde su decisión, Esmeralda Solís dijo: “el cambio es difícil para la familia porque implica el desapego, pero siempre he tenido el apoyo de mis papás, hermanos y amigos verdaderos”.
La exreina hizo un llamado para quienes, como ella, han sentido el llamado a la vida religiosa. “No hay que tener miedo. Si Dios te llama, Él se encarga de todo. Solo basta que se le reciba con mucha paz, alegría y confianza. Creo que el miedo es una gran excusa que se encarga de truncar la verdadera felicidad que solo Dios puede ofrecer”, afirmó en el diálogo con ACI.