La exposición “Testimonios de fe: Colección de Exvotos del Museo Amparo”, que reúne pequeñas pinturas de tipo narrativo que se colocaban en las paredes de los santuarios, abrió sus puertas a partir de hoy y hasta el próximo 27 de junio en el recinto poblano.
La selección de exvotos pintados pertenecen al acervo del Museo Amparo e ilustran cómo generaciones de individuos y sus familiares apelaron a los santos de su devoción para ser librados de accidentes, enfermedades y peligros.
A lo largo de la historia, hombres, mujeres y comunidades enteras han dado gracias a los poderes sobrenaturales en los que creen.
Las pequeñas pinturas exhibidas se hicieron populares a partir del siglo XV en Italia y muy pronto en otros lugares de Europa; en la Nueva España los hubo desde el siglo XVI y hasta la actualidad se siguen produciendo en algunos templos importantes.
Destacan cuadros de agradecimiento que muestran la imagen del santo que proporcionó el alivio, junto a la representación de la desgracia del donante o persona que solicitó la realización de esta obra y un texto, donde se relatan los detalles del favor recibido.
Estos retablos se colocaban en las paredes de los santuarios y generalmente son pinturas realizadas sobre lámina o madera, de autores anónimos, -aunque algunas están armadas-, y en otras ocasiones, por el estilo empleado, puede distinguirse que son de un mismo autor, seguramente un pintor que ofrecía sus servicios en el templo.
Los exvotos narrativos, como los de esta exposición, fueron pintados sobre madera y, a partir del siglo XIX, sobre lámina con detalles dramáticos y sentimientos, que permiten conocer los nombres de los donantes y acercarnos a detalles de su vida, angustias y alivios.
La mayoría de los exvotos de la Colección del Museo Amparo provienen de santuarios del Bajío, aunque también los hay de Puebla y Tlaxcala, y están dedicados a diferentes santos, advocaciones de la Virgen y a Cristo en su Pasión.
Algunas de las devociones importantes de la colección son: El Señor del Hospital, San Antonio de Padua, San Miguel Arcángel, la Virgen de San Juan de los Lagos, el Santo Niño de Atocha y la Virgen de Guadalupe, entre otros.
La exposición se divide en tres grupos para ilustrar algunos de los principales motivos que provocaban las peticiones de ayuda: los accidentes, las enfermedades y las situaciones de peligro e injusticias.
También se incluye una sección dedicada a conocer cómo muchas obras artísticas fueron concebidas como exvotos y creadas originalmente para cumplir una promesa y dar gracias.
En el caso de dos pinturas de la Colección Permanente del Museo Amparo: el cuadro dedicado a la Virgen de Loreto, con la frase “a devoción de Loreta María” fechado en 1772, y el cuadro de la Virgen de Guadalupe con los retratos de los donantes que agradecieron el favor recibido y que fueron colocados a sus pies.
Junto con los exvotos narrativos frecuentemente se exhiben otros objetos como recuerdos de la víctima sobre su accidente o enfermedad, cartas, fotografías y ropa, entre otros.
Por último, las narraciones de desgracias en los retablos de esta muestra, y las necesidades humanas expresadas de varias maneras en otros géneros de exvotos pintados, revelan carencias y peligros de la existencia humana.
Sin embargo, todas estas representaciones también expresan la necesidad de la esperanza y el deseo de agradecer y multiplicar las ayudas que se reciben.