Excélsior informa que el adulterio es imperdonable. Las reacciones al saberse engañado/a suelen ser inesperadas: Lágrimas, rabia, impotencia, odio… o la conjugación de todas.
Un torbellino de emociones pasaron por una mujer que se hizo acompañar de varias amigas, con un objetivo: Poner en su sitio a la ¿responsable? de la aventura de su marido.
Apenas la vio, se abalanzó sobre ella, la tomó del cabello, la jaloneó; el forcejeo entre agresora y agredida fue grabado por una de las acompañantes de la ofendida, quienes la alentaron para darle una lección a la ‘amante’.
La mujer mancillada en su honor por el Don Juan de su esposo, superó en peso a su rival de amores, lo que le permitió arrastrarla sobre la acera unos centímetros… y llevarla hasta un río, donde con ayuda de otra mujer arrojó a la aventurera.