Las bebidas alcohólicas adulteradas representan el doble de riesgo a la salud, que por sí solo ya tiene el alcohol. Y la posibilidad de que el consumidor tome alguna es de hasta el 40 por ciento, toda vez que se estima que de cada 10 botellas presentes en el mercado, cuatro son de licor adulterado.

En tianguis, pero incluso en bares y discotecas, se pueden encontrar bebidas adulteradas.

Comprar en el sector informal aumenta el riesgo y promociones como barras libres o todo incluido pueden ser utilizadas para introducirlas.

Ante ello, es importante tomar una serie de precauciones básicas tales como fijarse en los precios, pues una “ganga” puede ser, por ejemplo, el indicio de alcohol ilegal, así como los sellos rotos y las etiquetas maltratadas.

En los restaurantes, las autoridades recomiendan exigir al mesero que abra la botella en presencia de uno y externar cuidados cuando se trata de promociones de barra libre y shots, pues son ideales para introducir este tipo de productos.