Gardenia y Dulce Dayann, madre e hija, fueron asesinadas y calcinadas al interior de su vehículo. Sus restos fueron localizados la mañana del pasado viernes en Santa María Nenetzintla perteneciente al municipio de Acajete. Inicialmente se creyó que se trataba de una pareja, horas después se logró su identificación.

Ambas vivían en La Magdalena Tetela en Acajete. El jueves salieron en un vehículo familiar y ya no regresaron. Sus restos fueron localizaron poco más de 15 horas después de haber sido vistas por última vez.

Gardenia tenía 26 años de edad y se ganaba la vida trabajando en su negocio propio de arreglos y regalos. Sus conocidos aseguran que era una mujer generosa, participativa, trabajadora y respetuosa de su congregación. Además era muy bella, tenía los ojos claros, era de complexión delgada, tez clara, cabello largo y ojos grandes.

Su hija tenía sólo 11 años de edad, era alegre, estudiosa y fue encontraba en la cajuela del auto. Ambas eran miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el distrito de Tepeaca de la  Misión Alpina que pertenece a la Unión Interoceánica y les gustaba participar en las actividades de su congregación.

La noche de su desaparición, los vecinos reportaron  detonaciones de arma de fuego en las inmediaciones del panteón de Santa María Nenetzintla en donde fueron localizadas por la mañana cuando el auto aún seguía en llamas.

Hasta el momento sus familiares no han señalado a nadie como responsable del crimen y se han organizado para exigir justicia este lunes en la presidencia municipal de Acajete. Su congregación condenó los hechos y aseguró que se trataba de dos mujeres que eran buenas personas y que no merecían morir de esa manera.