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Miércoles, 18 de Mayo de 2011 21:25

La Paz y su futuro al cielo

WRITTEN_BY Shanik David
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Aunque La Paz fue ofertada como una colonia de privilegio, para finales de los años 60 el agua comenzó a faltar. Al extinguirse el siglo XX, las residencias comenzaron a vaciarse y aparecieron oficinas, tiendas, restaurantes y antros. Hoy sobre los jardines de las “familias bien” se construyen edificios de departamentos.

Aquí la segunda entrega de la historia de la colonia La Paz.

LA DECADENCIA
Desde la perspectiva de Maribel Cortés, la vida en La Paz siempre fue muy tranquila y muy a gusto, pero, de acuerdo con documentos del archivo histórico municipal, las cosas en la colonia no estaban del todo bien.

Después de ser vendida como una colonia con una infraestructura de la más alta calidad, a los pocos años de su construcción los vecinos del fraccionamiento empezaron a mandar numerosas quejas al ayuntamiento por diversas fallas, las cuales se empezaron a reportar desde 1967 aproximadamente y algunas de ellas tuvieron que esperar más de cuatro años para ser atendidas.

Falta de agua y desperdicio de la misma, el mal fraccionamiento de los terrenos, que traía problemas con respecto a los límites de las banquetas, mal funcionamiento del drenaje, calles a las que se les quitó la iluminación, baches, terrenos baldíos y falta de limpia en las avenidas, fueron algunas de las quejas más recurrentes en estos años.

Es por eso que no es de sorprenderse que en el libro de Las Colonias de Puebla, escrito por Carlos Montero Pandoja, se señala que el declive de la colonia vino en los años setentas y ochentas. Fue hasta la década de los noventas que se le dio un impulso extra a la zona, cuando muchas de las casas fueron convertidas en negocios y restaurantes.

En ese sentido, Serrano indica que en efecto, el mayor problema que se presentó en La Paz fue la escasez de agua, debido a que la construcción de la colonia es en un cerro, esto dificultaba la distribución del agua entre todos los habitantes, con lo cual poco a poco se dejó de vivir a gusto.
 
 
 
EL BOOM COMERCIAL
Para Maribel es sorprendente ver las casas de sus amigos de la infancia y adolescencia convertidas en bancos, restaurantes o negocios. Ella cree que la gente se empezó a salir porque se empezaron a construir nuevos fraccionamientos y las personas buscaban casas más modernas y pequeñas, ya que las familias originales se hicieron más pequeñas cuando los hijos se empezaron a casar.
 
“Eso no tiene tanto tiempo, tendrá como 10 años, que empezabas a ver letreros de se vende por toda La Paz, igual mis papás lo hicieron, nos casamos y ya la casa les quedaba grande y decidieron irse a vivir a otro lado, y así fue mucha gente” agrega.

Por su parte, Serrano comenta que el tamaño de las casas las vuelve inoperantes, por lo que se les buscó un nuevo sentido convirtiéndolas en negocios, restaurantes, bancos y demás establecimientos comerciales, con lo cual, dice, la gente que vivía ahí “perdió su tranquilidad, perdió su glamour, se fueron y obviamente la ciudad empezó a cambiar de rumbo”.
 
A pesar de que en los últimos años se ha dado gran auge a la venta de casas en La Paz, Maribel cuenta la experiencia de un amigo de ella, que lleva tres años intentando vender su casa y no ha podido. Dice que algo que se ha vuelto recurrente es que, cuando alguien se interesa en comprar, regatea el precio comparándolo con los de otras propiedades. “Mi casa se vendió como en año y medio, pero me bajé de precio”, indica.

 
 
EL FUTURO DE LA PAZ ES VERTICAL
Serrano explica que, a pesar del paso de los años, La Paz sigue siendo una colonia muy cara, tanto por su ubicación como por el tamaño de los terrenos; especifica que el metro cuadrado cuesta entre cuatro y siete mil pesos, multiplicado por terrenos de entre 700 y mil metros cuadrados, se rebasan los 3.5 millones de pesos, solo en la compra de un terreno. Es por esto que, para recuperar la inversión, se han construido edificios de departamentos, porque en vez de vender una casa cara, se venden varios condominios o lofts entre 800 mil y un millón de pesos.

“El futuro de La Paz es vertical”, sentencia Serrano, sin embargo, prevé que se volverán a tener problemas de agua, ya que, dice, en un terreno donde tenías viviendo a cuatro o cinco personas, ahora se tendrán 50.

Sea como zona residencial, como zona gastronómica o departamental, La Paz sigue siendo un ícono de Puebla, con su iglesia en el cerro y sus paisajes impresionantes. Tal vez sean estos detalles, o la simple nostalgia de tiempos mejores, los que hace que la gente siga visitándola, para comer o simplemente para recordar, ya que, como comentó en la entrevista Serrano “somos una ciudad que vive de moda, de costumbre, de momentos”.
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