Parece inminente el cambio de estafeta en el PRD –o lo que queda del PRD- en el estado de Puebla, el partido que por varios sexenios fue el coto de poder (al tiempo que fuente de riqueza) del virtual candidato de Morena a la gubernatura, el senador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Las cosas se han acelerado en los últimos días ante el arranque oficial del proceso electoral local y la urgencia del grupo morenogalista para controlar un partido sumamente útil, casi indispensable, para definir coaliciones o candidaturas comunes para los comicios de 2018.
Se habla de que en las próximas horas podría concretarse lo que tanto se ha anunciado mediante trascendidos de prensa: la expulsión por parte de la Comisión Nacional Jurisdiccional del PRD de la actual dirigente estatal, doña Socorro Quezada Tiempo, operadora cercanísima al ex perredista Barbosa Huerta, cuyo proyecto político sigue financiándose de las arcas del sol azteca pese a que este dejó hace varios meses sus filas.
De hecho, esa sería una de las causas de la expulsión, pero también el respaldo que la lideresa ha manifestado públicamente a favor de su jefe político, el candidato de Morena a Casa Puebla impuesto por Andrés Manuel López Obrador.
Según las fuentes, sería el próximo domingo, a más tardar los primeros días de la siguiente semana, cuando el Consejo Estatal del PRD se reúna para designar a un dirigente sustituto.
Hasta donde se sabe, dicho dirigente sustituto no sería otro que el ex diputado Carlos Martínez Amador, posición del ex gobernador Rafael Moreno Valle por la vía del diputado federal y ex titular de la SEP y la SGG Luis Maldonado Venegas, a cuyo grupo pertenece el también director general del Colegio de Bachilleres (Cobaep).
Martínez Amador, quien la tarde-noche del pasado miércoles afinaba los detalles de su arribo a la dirigencia perredista en un privado de un muy conocido restaurante de la zona de Angelópolis, es además secretario general del Comité Directivo Estatal del PRD, por lo que, a la caída de Socorro Quezada, podría sustituirla por el concepto de prelación.
(A la fecha se desconoce quién quedaría como director general del Cobaep).
La inminente salida de Socorro Quezada como presidenta del PRD poblana marcará un hito en dos sentidos: primero, por el fin del reinado de Barbosa Huerta en el sol azteca, que controló desde al menos 1998 y a cuyos dirigentes estatales impuso como y cuando quiso; y segundo, por el indudable triunfo político que se anotaría el morenogalismo al apoderarse totalmente de una franquicia largamente acariciada; de hecho el grupo intentó concretar su asalto definitivo al PRD en 2016, pero tanto el escenario nacional como el local no le fueron favorables y fracasó; hoy, sin embargo, esa historia podría ser diferente.