En distintas reuniones, la más reciente la tarde-noche de este jueves en la sede nacional del PRI, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Enrique Ochoa Reza, ha bajado con cierta sutileza la línea a seguir para los diputados, locales y federales, y senadores poblanos: en la próxima XXII Asamblea Nacional se quitarán de los Estatutos los candados que impiden al secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade Kuribreña, estar en ruta y aspirar a la candidatura del Revolucionario Institucional a la Presidencia de la República.
Lejos están las suposiciones de quienes creen que esta reunión fue para arrancar el proceso de selección del abanderado a Casa Puebla, pues solamente fueron convocados legisladores y algunos alcaldes y liderazgos, y es imposible que haya un ungido priísta en el estado, mientras no se defina el candidato presidencial. Para citar de nueva cuenta el axioma melquiadista: “primero está el uno y luego está el dos”.
Enrique Ochoa en estos días va de una reunión a otra y su objetivo es tirar la instrucción que viene de Los Pinos, para que en los consejeros nacionales voten por la reforma al Capítulo III de sus Estatutos.
En específico, los candados que impiden a Meade y a otros ser abanderados presidenciales están en el Artículo IX:
“Para los casos de Presidente de la República, Gobernador y Jefe de Gobierno del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) se requerirá acreditar la calidad de cuadro, con diez años de militancia partidaria”.
En la terminología priísta, ser “cuadro” significa haber “desempeñado cargos de dirigencia en el partido, sus sectores, organizaciones nacionales y adherentes”, y que “hayan sido candidatos del partido, propietarios o suplentes, a cargos de elección popular”.
Para ello es que se han venido dando los encuentros que encabeza Ochoa en la sede del tricolor en la Ciudad de México.
El martes pasado con los integrantes de la Conferencia Nacional de Legisladores Locales Priístas, incluidos los poblanos.
El miércoles con el Grupo Parlamentario del PRI en San Lázaro.
Este jueves, el encuentro con diputados locales y federales, así como senadores y algunos próceres priístas de Puebla, fue a las 18:00 horas en el salón “Alfonso Reyes”, para el mismo tema y no fueron convocados los “aspirantes” a la gubernatura –o no sólo a ellos-.
Puebla, de por sí menospreciada en la agenda nacional de la cúpula priísta, no está todavía en el momento de comenzar a definir candidato.
Primero será el abanderado a Los Pinos y, desde ahí y con la opinión de alto nivel, luego vendrá la definición hacia Casa Puebla.
El llamado a los priístas poblanos salió del edificio de la Diagonal, sede del Comité Directivo Estatal, y con ella se completa la instrucción de apoyar la modificación estatutaria.
El tema no es tan sencillo como parece, pues se da con éste el primer encontronazo entre quienes apoyan las aspiraciones del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien sí cumple con los requisitos actuales, y quienes apoyan a Meade Kuribreña.
La definición tendrá, antes de la plenaria de la asamblea, una aduana en Campeche, entre 9 y 10 de agosto, en la Mesa de Estatutos, en la que por Puebla, como integrante de la dirigencia de la Confederación Nacional Campesina (CNC), participará la diputada local Maritza Marín, aunque posiblemente se sume alguno otro poblano.
Esa mesa será coordinada por César Camacho, jefe de la bancada del PRI en San Lázaro, y recientemente uno de los impulsores de que un “simpatizante” del PRI y no necesariamente un militante, como Meade, pueda ser candidato a la Presidencia.
En otras entidades se debatirá los otros cuatro temas: Programa de Acción, en Toluca, Estado de México; Declaración de Principio, en Saltillo, Coahuila; Visión de Futuro, en Guadalajara, Jalisco; y Redición de Cuentas, en Mazatlán, Sinaloa.
De ellas saldrán los dictámenes que luego, ya como mero trámite, se votarán en la sede nacional del PRI el 12 de agosto.
Si hay cambio en los Estatutos, como se prevé, entonces estará en condición de aspirar a la presidencia Meade, quien logró trascender entre el último sexenio panista y el regreso del PRI a Los Pinos.
La intención, dice una fuente del CEN, es ampliar el abanico a un candidato con perfil más ciudadano a la Presidencia, y no solamente fincar la esperanza de conservar el gobierno federal en los cuadros tradicionales.
La decisión no es fácil para los priístas, sobre todo para el ala más conservadora.
Sin embargo, las condiciones de competencia, en las que como marca el PRI está en tercer lugar, apenas con 17 por ciento de las potenciales preferencias, abajo del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), con 28, y Acción Nacional (PAN), con 23, también son extraordinarias.
Una cara nueva, sin el rostro del priísta dinosáurico, más las alianzas que pueda concretar el tricolor, son su única esperanza para 2018.
La definición del futuro comenzó.
Sí, pero con los requisitos para ser candidato presidencial.