La decisión del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) de ubicar a cuatro de sus “notables” como coordinadores electorales en distritos aparentemente complicados en el interior del estado de Puebla debe leerse como una estrategia de avanzada territorial, al más puro estilo militar en batalla, que tiene como objetivo la seducción, caza y cooptación de los operadores y el voto que en esas áreas favorecen al Partido Revolucionario Institucional (PRI) y, si de paso se da, a los del Partido Acción Nacional (PAN). Desde hace al menos dos meses, los coordinadores de esos distritos, Fernando Manzanilla, Alejandro Armenta, Miguel Barbosa y Manuel Bartlett, vienen trabajando y en noviembre deberán entregar sus resultados. Esta operación tiene, además, todas las huellas de que fue el senador ex perredista el autor intelectual, ya que se trata de una táctica que ha realizado antes.
La repartición de demarcaciones delata todavía más la mano de Barbosa en este esquema.
Sacó de su zona de confort, la región oriente del estado, a su más fuerte adversario en la carrera por la candidatura a Casa Puebla, Alejandro Armenta, para enviarlo a operar a Zacatlán y Huauchinango, en donde debe remar contra el dinero y los amarres de Juan Carlos Lastiri Quirós, el subsecretario de la SEDATU.
En cambio, él se asignó un territorio muy cómodo, el que está circundante y directamente en Chalchicomula de Sesma y Ajalpan.
En el primero de esos municipios y de manera regional, cuenta con aliados tanto dentro del PRI como del Partido Acción Nacional (PAN).
El segundo es su coto natural, pues ahí está su natal Zinacatepec y tiene mucha influencia en municipios del Valle de Tehuacán, de cuyo municipio en los albores de su carrera fue regidor por el PRI, por si alguien no se acordaba o lo ignoraba.
En esa región ha estado impulsando desde el año pasado a jóvenes ex priístas, para postularlos como candidatos a alcaldes de MORENA.
A los otros dos operadores no les va tampoco nada bien.
El camaleónico Manzanilla tiene el encargo de jalar a los priístas de Atlixco e Izúcar de Matamoros.
Esos terrenos de por sí son complicados, a lo que hay que agregar que, ahora fusionados en un solo distrito federal electoral, tendrán una previsible disputa entre priístas, quienes dominan históricamente Izúcar, y los panistas, quienes tienen fuerte control casi caciquil en Atlixco, más Antorcha Campesina, que hoy ostenta la representación en San Lázaro del segundo y una creciente presencia en el primero.
Encima, en Izúcar, el presidente del PRI estatal, Jorge Estefan, tiene sentados sus reales y el distrito es pretendido, con trabajo ya muy avanzado hacia San Lázaro, por el titular de la Secretaría de Desarrollo Social del estado, Gerardo Islas Maldonado.
Manzanilla, quien se vende como un gran operador electoral pero no sabe lo que es presentarse a las urnas, tiene pocas posibilidades de sumar ahí para MORENA.
Encima, aunque ha buscado al antorchismo, en ese movimiento hay la consigna fatal de “nosotros no recogemos cascajo”.
Bartlett tampoco tiene una tarea sencilla en Teziutlán y Zacapoaxtla, en donde hay históricos cacicazgos tricolores y azules.
Sí, de estos cuatro operadores lopezobradoristas, así se advierte por sus territorios y antecedentes, Barbosa es el que brillará, Armenta hará su esfuerzo, Bartlett simulará y Manzanilla naufragará completamente.
Babosa tiene las mayores posibilidades de éxito en su operación territorial, porque tiene en la bolsa, sí, literalmente en la bolsa, ya que los ayudó a conseguir recursos para sus municipios, a los alcaldes de Chalchicomula de Sesma, el impresentable también marinista Juan Navarro Rodríguez, del PRI, y al del relativamente cercano municipio de Tecamachalco, del PAN, también con larga cola entre las patas, Inés Saturnino López Ponce.
Los dos aspirantes a diputados federales y, por cierto, vinculados con el tema del huachicol.
Al primero, a pesar de sus lazos con el ex gobernador Mario Marín, el senador Barbosa lo considera de su establo, en analogía a los boxeadores que son de un mismo entrenador.
En varios ejercicios fiscales, el ahora miembro de MORENA le gestionó recursos adicionales.
Entre ellas, el año 2016 logró etiquetar 10 millones de pesos para la construcción de techados en plazas cívicas y cinco escuelas del municipio que tiene como cabecera a Ciudad Serdán.
Navarro además no esconde su admiración y sumisión al ex perredista.
Incluso ha fungido como su escort, edecán, en actos públicos.
Nada raro sería que Navarro diera bandazo y operara abierta o soterradamente para MORENA.
En el mismo tenor, hay que considerar al alcalde de Tecamachalco, López Ponce, quien a pesar de ser panista ha coqueteado en público y privado con Barbosa.
Apenas el pasado 2 de julio Inés Saturnino reinauguró la ampliación de la carretera Tecamachalco-Cañada Morelos, que ya había realizado el gobernador Tony Gali, con el senador hoy de MORENA como invitado, quien aprovechó para criticar la gestión de Rafael Moreno Valle.
Sí, en MORENA está en marcha la Operación Territorial Barbosa, quien coincidentemente, al igual que Manzanilla, jamás ha ganado nada en las urnas.
Ha sido diputado federal y senador, por la vía de representación proporcional, no con los votos ciudadanos.
Esta es la estrategia.
Estos son los 4 Fantásticos y su difícil misión, y la esperanza de MORENA en Puebla.
Esas velas tiene prendidas Andrés Manuel López Obrador.
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¿QUIÉN BOICOTEÓ AL PRESIDENTE PEÑA NIETO EN PUEBLA?
Reportes de inteligencia ubican a MORENA detrás del incidente ocurrido este martes en Zapotitlán Salinas, Puebla, donde un grupo de comuneros supuestamente logró impedir que el presidente de México, Enrique Peña Nieto, grabara un spot relativo a su quinto informe de gobierno.
Los datos refieren que un ex priísta de nombre Juventino González, operador de Alejandro Armenta, movió a sus huestes con base en verdades a medias y mentiras completas.
Juventino ya fue alcalde de Zapotitlán –cuando aún militaba en el PRI- y busca repetir en el cargo pero ahora por la vía del partido-franquicia de Andrés Manuel López Obrador.
Enterado de la visita presidencial para la grabación de su pieza de propaganda, Juventino González dejó correr el rumor de que Peña Nieto acudiría a la zona para firmar “en lo oscurito” un convenio con la UNESCO para “privatizar” la reserva de la biosfera Cuicatlán-Tehuacán, algo más falso que un billete de 10 mil pesos.
De esta forma encendió los ánimos de sujetos dedicados a la actividad minera –no regulada por cierto- en dicha reserva y los llevó hasta el lugar donde se encontraba la avanzada del presidente para armar el show que la mayoría de los medios de comunicación registró con oportunidad.
Los enviados de Alejandro Armenta cerraron la carretera federal Tehuacán-Teotitlán, muy cerca del jardín botánico Helia Bravo Hollis, y tras liberarla alrededor de las dos de la tarde, presumieron haber logrado que Peña Nieto cancelara la grabación de su spot, lo que es al menos parcialmente cierto.
Y es que si bien se tomó en cuenta lo sucedido con los comuneros utilizados como borregos, la razón principal de que el mandatario federal no grabara en tierras poblanas, a donde tenia previsto arribar a las cuatro de la tarde, fue un problema de agenda.
Desinformación, provocación, manipulación, fake news…, son sólo algunas de las armas de MORENA y sus prohombres para su asalto al poder en 2018; ya quedó claro, clarísimo, en Los Pinos.
Y también en Casa Puebla.