Sin reparar en el daño que hace directamente al desarrollo y las finanzas de Puebla, el diputado federal Jorge Estefan Chidiac, también presidente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), utiliza su poder como presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara baja para desquitar sus más perversas envidias y sus más profundos rencores contra el gobierno de Tony Gali Fayad.
Estefan bloquea el flujo de lo ya fue aprobado en este Ejercicio Fiscal 2017 y dificulta el cabildeo para la obtención de recursos adicionales para el 2018. Miente propalando la versión de que hay ineficiencia en la presentación de proyectos y aplicación del gasto, y pone el pie a la administración y a la entidad entera, que busca equilibrio económico, concreción de obras y el fortalecimiento de programas, que son en beneficio de los poblanos.
Hay evidencias de que el priísta está haciendo todo a su alcance para boicotear a Gali, su concuño, al que no le perdona haber alcanzado la gubernatura que él sólo ha visto pasar de lejos pese a su larga carrera política.
Lo hace en complicidad con funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), para frenar los recursos ya etiquetados en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el actual ejercicio fiscal.
Pero también desde su coto en San Lázaro opera para que 2018 –año electoral- sea un año de carestía para el gobierno de su pariente político.
Revanchista y mezquino, echa mano de todos sus tentáculos.
Estefan tiene aliados poderosos que se han sumado al bloqueo y golpeteo silencioso pero efectivo.
Con la colusión del subsecretario de Egresos de la SHCP, Fernando Galindo Favela, ha logrado que alrededor de 650 millones de pesos permanezcan congelados.
La dupla ha conseguido que Banobras tenga detenidos proyectos prioritarios del gobierno galista, como la Línea 3 de la RUTA.
Estefan y Galindo son del grupo cercano al canciller, Luis Videgaray Caso.
El secretario de Finanzas y Administración (SFyA), Raúl Sánchez Kobashi, tiene ya la película completa de los fuertes intereses que se están moviendo para causar el mayor daño posible al gobierno de Puebla.
Una vendetta que es prolongación de las batallas electorales de 2016 y que está sustentada en los más bajos y abyectos instintos: poder y dinero, mucho dinero.
Un boicot que está pasando por encima del mismísimo secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña.
Pero Estefan y Galindo no tienen todos los vientos a favor.
El titular de la SHCP realizó el pasado 22 de mayo una visita relámpago a Puebla.
En ésta abordó este tema con el propio Tony Gali.
Se llevó suficiente evidencia del obvio y descarado chantaje del presidente de la Comisión de Presupuesto, quien ha enviado mensajes de que está “dispuesto a descongelar los 650 millones de pesos”, sólo si a él se le debe (y se le paga, claro, en su momento) el “amable gesto”.
En su intriga, Estefan ha llegado a decir que, si no fluyen los recursos, es porque “Puebla es el único estado que no presentó proyectos”.
Es tan cínica su mentira, que no soporta el análisis más inocente.
Esos proyectos de los que habla “el primer priísta del estado”, en realidad quedaron listos desde la etapa de la transición.
Los principales fueron entregados al gobierno federal antes de la toma de posesión del gobernador. Varios de ellos al mismísimo presidente Enrique Peña Nieto.
Ambición, rencores personales, envidias afiladas, enconos familiares que incluso tocan los logros de los hijos, y una sinvergüenza intención de llevarse en los bolsillos un desmesurado moche, son algunos de los hilos que mueven a Jorge Estefan.
El mismo que ha dejado todas, todas las huellas.
LASTIRI, EL REGAÑADO
Qué fácil le tiraron al subsecretario de la SEDATU y aspirante a la candidatura del PRI al gobierno de Puebla, Juan Carlos Lastiri Quirós, el acto de este domingo, en el que realizaría su enésimo destape, supuestamente mostraría “músculo” y presionaría para que el método de selección del abanderado para 2018 sea por consulta a la base.
Desde el CEN del PRI pero sobre todo desde la Secretaría de Gobernación le jalaron, y fuerte, las orejas.
Estás fuera de tono, fuera de timing, fuera de todo, le dijeron, y Lastiri no tuvo otra que doblar las manos y obedecer la orden de esconderse durante un buen rato.
Hay prioridades, y por ahora la principal es la elección en el Estado de México, no la ambiciones –y obsesiones- personales de un grupúsculo de priístas que sueña con tomar por asalto Casa Puebla para hacer toda clase de negocios (al estilo marinista) e incrementar sus fortunas.
Previamente, desde esas oficinas había salido la orden a todos los delegados federales, presidentes municipales emanados de las filas del PRI y titulares de comités locales del tricolor de hacerle el vacío e ignorarlo.
Está desautorizado, les explicaron.
Y todos, salvo los lambiscones que dependen económicamente del subsecretario, acataron.
¡Lástima, ahí será para la otra!