Si hay algo que hace diferentes a los mortales de los miembros de las castas (no tan puras) de la política, son las canonjías a las que estos tienen acceso. Y son los viajes, principalmente al extranjero, con cargo –por supuesto- al recurso público, uno de los privilegios que el grueso de la población ve con mayor desagrado e incluso irritación, porque, a final de cuentas, dichos periplos son pagados por el pueblo, ése que, en su mayoría, apenas gana el salario mínimo diario.
Y razones no faltan, porque si bien son parte de la agenda exterior, el ciudadano de a pie no encuentra un beneficio pronto, directo y tangible de esas giras por el mundo de la clase política nacional.
Más aún con el derroche de recursos que sin duda representan.
El desagrado y rechazo se agudiza con la irregularidad en la rendición de cuentas, sobre todo ahora con las nuevas obligaciones que fija la ley en la materia, pero que no todos cumplen o lo hacen mal –y deliberadamente-.
Vea usted el misterioso caso del senador poblano Luis Miguel Barbosa Huerta.
Según el portal del Senado de la República, el entonces coordinador del PRD viajó a Marruecos a la Reunión Parlamentaria en Ocasión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Cop22).
La salida está marcada el día 7 de noviembre y el regreso el 18 del mismo mes, es decir, 11 días. Aunque esto no coincide con el Recibo de Viáticos de la Tesorería de la Cámara Alta, donde se especifica que sólo tiene siete días autorizados.
La duda salta aún más cuando en su cuenta de Twitter el nuevo gran amigo de Andrés Manuel López Obrador, el citado senador Luis Miguel Barbosa, mostró eventos en suelo mexicano: el 8 de noviembre saludó al embajador de Corea en el Senado, el 16 asistió a un foro de análisis sobre la ley de armas, y al siguiente día le aseguró a Adela Micha en una entrevista que estaba en el país.
El viaje del entonces perredista, hay que decirlo, ha sido el más caro de los senadores poblanos, pues costó 205 mil pesos.
El asunto no se detiene ahí.
La senadora poblana Lucero Saldaña, del PRI, presumió en Twitter su labor legislativa en Japón. Un viaje que, en julio de 2015, salió en 202 mil pesos, el segundo más costoso.
La sorpresa es que nuestro personaje camaleónico, Luis Miguel Barbosa, figura en la foto que subió la priísta, no así el reporte correspondiente en las fauces de la página de transparencia.
¿O habrá sido que desde entonces a Barbosa le salió el amor a los “principios” de MORENA y pagó de su bolsillo los gastos?
Si ese fuera el caso y el resto de los senadores poblanos se hubieran sumado, le habrían ahorrado al erario los 1.9 millones de pesos que se han erogado para 18 viajes entre abril de 2015 y 2016.
Por supuesto, las priístas Blanca Alcalá (presidenta del Parlatino y ex candidata a Casa Puebla) y Lucero Saldaña son las que más han viajado al exterior, nueve veces entre ambas y a destinos como Cuba, Francia y Jordania, lo que representa un monto de 1.1 millones de pesos.
El hoy jefe de la Oficina del gobernador de Puebla, Javier Lozano, cuando era senador, realizó tres viajes que costaron 311 mil pesos; Manuel Bartlett dos con gasto al erario de 150 mil pesos, y Ricardo Urzúa otros dos de 102 mil pesos.
Todo esto si creemos a lo que nos muestra la mentada página de marras.
Y sin el desglose de las facturas en gastos de alimentación y hospedaje, por ejemplo.
Detalles de omisión que también son, claro, privilegios de la tristemente célebre –por abusiva, cínica e impune- casta política de este pobre país llamado México.