Prometieron obras, muchas obras, en sus distritos, pero han sido incapaces de jalar recursos. Apenas reparten migajas de lo que se echan a su propia bolsa.
Esa fue la ineficiencia que mostró la mayoría de los nueve diputados federales del PRI y así se prevé que ocurra en las próximas semanas, en la negociación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017.
En el pasado PEF, el primero que se aprobó en la LXIII Legislatura, apenas pudieron distribuir los 20 millones de pesos que tocaron a cada uno.
La administración federal permite que cada legislador defina el destino de esa cantidad.
En el caso de los priístas, en la repartición, ni de a millón llevaron a los municipios que representan. O que dicen representar.
Ni siquiera para adoquines alcanzó, aunque habían prometido magnas edificaciones y súper carreteras.
El año pasado, su soberbia y codicia los perdieron y terminaron perjudicando al estado.
Supusieron que dándole la espalda a la administración morenovallista tendrían más resultados en sus causas políticas y electoreras.
Fallaron.
Dispersaron los escasos recursos.
No consiguieron una sola obra importante, con contadas excepciones.
La diferencia la marcó la bancada del PAN.
También con nueve legisladores, sumó todo en una bolsa.
Para el próximo año, habrá una reducción importante para Puebla, que en este ejercicio tuvo poco más de 72 mil millones de pesos a disposición.
Las cosas vendrán apretadas.
Ya Rafael Moreno Valle, como lo viene haciendo desde que es gobernador electo y año con año desde el inicio de su sexenio, empezó el cabildeo, sin intermediarios, con la Secretaría de Hacienda, la que en realidad mueve el pandero.
Acompañado del jefe de la oficina del mandatario –el verdadero cerebro detrás del PEF poblano-, Roberto Moya Clemente, este lunes se reunió con el poderoso subsecretario de Egresos de la SHCP,
Fernando Galindo, para negociar directamente las partidas federales para el estado.
¿Quién necesita a los ineficientes y mezquinos diputados federales del PRI?
Hay prisa en el morenovallismo para concretar otra vez el mejor acuerdo con el gobierno de la República.
Y es que lo más seguro es que a Tony Gali, ya como gobernador en funciones, le vendrá una rebaja de casi 10 mil millones de pesos.
Un presupuesto reducido para el que será el primer año de su administración.
Aun así, Gali ha ofrecido que cumplirá con sus 22 compromisos de campaña.
Para ello contará con la misma disposición de los panistas, la suma de sus recursos, más la negociación directa –directísima- para etiquetar la continuidad de obras en el estado.
Principalmente, como ha adelantado, las de carácter social.
Moreno Valle y Gali trabajan de la mano en el delicado tema.
Y es que hoy, el contexto nacional complica mucho a Puebla.
Así se verá a partir del próximo 8 de septiembre cuando llegue a San Lázaro el Paquete Económico 2017.
Una vez desahogada la Ley de Egresos, en donde también interviene el Senado de la República, la Cámara baja se abocará al jaloneo del dinero del Presupuesto de Egresos.
Es aquí en donde las malas artes y revanchas de los priístas se notará más, sobre todo tras su derrota electoral del pasado 5 de junio.
No perdonan la humillación y ahora se niegan a trabajar de la mano con la administración estatal, pero tampoco son eficientes en sus cabildeos personales.
Se exhiben como la morralla parlamentaria que son, pues ni siquiera su coordinador, César Camacho, atiende sus propuestas de etiquetar cuantificaciones adicionales para que cumplan sus ofrecimientos electoreros.
La muestra está en los residuos que repartieron en este 2016 y en el fracaso de la mayoría a la hora de gestionar las demandas de sus distritos y colonias, en el caso de los legisladores capitalinos.
Este ejercicio fiscal, del PRI apenas podemos contar a los antorchistas que, como quiera que sea, se cuecen aparte por su experiencia en este tema.
Comienza la danza de los millones.
La eficiencia de un diputado federal se muestra sin maquillajes en este encargo.
Las migajas no sirven a la gente.
¿O me equivoco?