Aunque falta mucho para el disparo de arranque de la carrera hacia el 2018, desde hoy la Secretaría de Gobernación (Segob), de Miguel Ángel Osorio Chong, tiene claro que las cartas fuertes para la gubernatura de Puebla son, por el momento, Martha Érika Alonso de Moreno Valle, por el PAN, y Enrique Doger Guerrero, por el PRI.
Nadie mejor y ninguno con sombra, en cada bando.
Repito: hasta ahora.
De acuerdo con un análisis que se mandó a realizar desde las oficinas de Bucareli, del que este columnista tiene copia, en la precoz competencia hay claridad en los números.
Se dan con base en las mediciones de cuatro casas encuestadoras, que el hidalguense presidenciable tiene sobre su escritorio.
El resultado es un promedio general en dos rubros: intención del voto y confianza.
Consulta Mitofsky, el Buró de Estrategias y Análisis del Poder (Beap), el Gabinete de Estudios de Opinión (GEO) y el Centro de Investigación sobre Opinión Pública (CISO) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), son las casas cuyos datos se cruzan y analizan.
Hay un dato adicional que llama al morbo por las aguas que se mueven en Puebla, principalmente en el PRI.
El subsecretario de la Sedatu, el corrupto Juan Carlos Lastiri, no pinta.
Ni siquiera existe.
Su supuesto “poder” no le alcanza para dejar la invisibilidad en el estudio que su supuesto “padrino” mandó a hacer.
Vayamos a los números.
Primero el Partido Acción Nacional (PAN).
Ahí, las cartas son la actual secretaria general del partido en el estado y el presidente del Congreso local, Jorge Aguilar Chedraui.
La puntera, que parece inalcanzable, es la esposa del actual gobernador, Martha Érika Alonso de Moreno Valle.
Ella obtiene una intención del voto de 16.5 por ciento, con base en el cruce de datos de estas cuatro casas.
Es la más fuerte, por mucho.
Y su fortaleza es consistente en la confianza que genera.
Muy por debajo, pero como la sorpresa, por la oscuridad mediática que ha vivido en los últimos dos años, es el ex alcalde capitalino Eduardo Rivera Pérez.
El yunquista alcanza 6.1 por ciento.
Viene luego en el documento el presidente del Congreso local, Jorge Aguilar Chedraui, con 4.2 por ciento.
En la previsión, aunque no figura por ahora en la intención del voto, está el alcalde Luis Banck Serrato.
Sin duda se apuntará a partir de su informe de gobierno, en febrero próximo.
En el documento que jerarquiza a priístas y panistas, con el mismo rasero, el líder es el actual delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Enrique Doger Guerrero, quien se quedó con las ganas este 2016, tiene una intención de voto de 19.7 por ciento.
Sin embargo, su confianza está por los suelos.
Es apenas de 6.4 por ciento.
Mientras puntea el estudio y es líder de priístas y panistas, su lugar en confianza es el sexto.
En la potencialidad de voto le sigue la ex candidata y senadora que ya regresó a su escaño, Blanca Alcalá, con 15.5 por ciento.
De los priístas, detrás llega Alejandro Armenta Mier, con 9.4 por ciento.
Después el ex delegado de Sagarpa, el marinista Alberto Jiménez Merino, bajo, muy bajo, con 5.3 por ciento.
¿Pues no que traía a las masas campesinas en la bolsa?
Adicionalmente a la invisibilidad de Lastiri, hay que apuntar en la misma condición a Javier Lozano Alarcón.
Al senador panista tampoco lo están viendo como una carta a Casa Puebla en 2018.
Sí, en la carrera todavía no han sido repartidos los carriles.
En las posibilidades aún nada está escrito.
Pero en el Palacio de Covián ya tienen una primera impresión.
Miguel Ángel Osorio Chong ya ha visto los primeros resultados.
Desde esta perspectiva se toman las decisiones.
Se escogen adversarios y se perfilan aliados para la gran guerra de 2018.
1.- INTENCIÓN DEL VOTO