El gusto por los regalos caros, mientras más caros mejor, y mucho más apreciados si son relojes de marcas internacionales, no solamente es exclusivo del ex presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), César Camacho Quiroz -quien ha sido ventaneado públicamente por esta excentricidad-, sino que también, y de manera muy subrayada, tiene este delicado aprecio por esas caras joyas el delegado del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor en Puebla, Rogelio Cerda Pérez.
El “paladín que combate y denuncia la corrupción”, el hombre que casi a diario encabeza ruedas de prensa para poner en duda la honorabilidad de sus adversarios, carece de la estatura moral para hablar de temas de sobornos y enriquecimiento ilícito.
El neoleonés, quien antes de llegar al estado de Puebla para representar al PRI de Manlio Fabio Beltrones y encabezar la batalla electoral de este año, tiene un oscuro pasado, principalmente cuando fue director de Administración de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a su cargo quedó la jugosa renovación de la base de proveedores de la paraestatal, lo que significaba en aquel 2013 -cuando fue nombrado en el cargo- una bolsa potencial de contratos por hasta dos mil millones de pesos.
Rogelio Cerda Pérez, quien llegó a la CFE el 4 de marzo de 2013, luego de haber sido diputado federal por el Distrito 12, con cabecera en Cadereyta Jiménez, Nuevo León, en la LXI Legislatura (2009-2012), solía pedir a empresarios, interesados en trabajar con la dependencia, “relojes de marcas mundiales, de no menos de 150 mil pesos de valor, con el objeto de otorgar citas y así ser parte de la renovación de la base de datos de proveedores”, de acuerdo con una detallada descripción del caso, de un testigo que negoció directamente con el hoy delegado del tricolor, en aquellos tiempos.
El testimonio del denunciante, quien se ha mantenido anónimo por su seguridad, detalla horarios y lugares de los encuentros y fue presentado en su momento a los jefes de Cerda Pérez en la CFE; de ahí se infiere que su paso por esa empresa del Estado Mexicano haya sido tan fugaz.
De acuerdo con la denuncia, Rogelio Cerda, quien fue bautizado como “Lord Relojes” por los empresarios a quienes pidió ese costoso “regalo”, realizaba los contactos a través de cuatro distintos operadores, también de Nuevo León, y despachaba para estos primeros acercamientos en “el Hotel Fiesta Americana Grand Chapultepec, en uno de los tres pisos ejecutivos, Grand Club o en el Longe Club”.
“El operador nos decía que, dependiendo el tamaño del contrato en interés, sería el precio del reloj. El operador era muy enfático en decir que el reloj era exclusivamente para tener un primer acercamiento y que no era garantía de que se concretaría la proveeduría para la CFE”, agrega el testimonio.
De acuerdo con el testigo, Rogelio Cerda recibía a los empresarios interesados en convertirse en proveedores los días miércoles y jueves, a partir de las 19:00 horas, y llegaba a atender hasta 24 juntas por semana, lo que significaba 24 relojes de “marcas mundiales” en ese mismo tiempo.
Todas estas operaciones se dieron durante esa renovación del padrón de la CFE, en el transcurso de 2013, ya la recién llegada administración federal priísta buscaba “dejar de comprar a las empresas que proveyeron en los tiempos de la gestión del ex presidente Felipe Calderón”.
Cerda Pérez fue de los primeros funcionarios sustituidos, luego de la llegada de Enrique Ochoa, como nuevo director de la Comisión Federal de Electricidad. De hecho, fue uno de los únicos cuatro que fueron relevados de sus responsabilidades el 13 de febrero de 2014.
Es decir, el neoleonés y hoy delegado del CEN del PRI en Puebla estuvo menos de un año en el cargo, luego de que estas denuncias, que no llegaron a los medios de comunicación, hasta ahora, fueron reveladas por los afectados de “Lord Relojes” a sus superiores.
Muchos de aquellos empresarios que cayeron en la “operación” de regalar relojes, perdieron la inversión de al menos 150 mil pesos en esas joyas que entregaron a Cerda Pérez, de acuerdo con el testimonio, pues una vez que el ex diputado fue despedido de la CFE, no hubo más contacto, ni respaldo para convertirse en proveedores.
“En cuanto nos enteramos que fue despedido (en los albores de 2014), nos juntamos varios empresarios que nos conocimos en la antesala de espera (de las citas en el lujoso hotel de la ciudad de México), y en el intercambio de información nos enteramos que algunos sí ingresaron como proveedores y a otros nos mencionó su operador que ya no dependía de él y cancelaron teléfonos y cualquier comunicación”, asegura la fuente.
Aunque por esa “operación”, Ricardo “Lord Relojes” Cerda Pérez no fue sancionado, los datos estuvieron siempre a disposición de sus superiores y de la Junta de Gobierno de la CFE.
Hoy, ya alejado de las arcas de la CFE y de cualquier otra dependencia de gobierno federal, Rogelio Cerda señala con dedo flamígero los supuestos yerros y corruptelas de sus adversarios.
Cree que el tiempo ha sepultado sus andanzas, pero nada mejor que el tic tac, tic tac de aquellos lujosos relojes para recordarle y echarle en cara su realidad.