Son varios los documentos certificados que, salvo lo que diga el muy priísta Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), ponen en duda la candidatura “independiente” de Ana Teresa Aranda Orozco. Y es que dichos documentos –que aquí se publican íntegros- confirman que a la fecha sigue militando en el PAN y, de paso, echan por tierra la socorrida versión de que renunció a ese partido en abril de 2015.
El primer documento –presentado como el resto por el propio Acción Nacional ante el Instituto Electoral del Estado (IEE), que determinó congelar el registro de la ex funcionaria federal-, es una carta que la propia Ana Teresa Aranda envió a la directora del Registro Nacional de Militantes del PAN, María del Carmen Segura Rangel, el 14 de julio de 2015.
A través de esa misiva, Aranda le solicitó que el partido le certificara su militancia desde 1989. “Vengo a solicitar que expida a la brevedad posible la CERTIFICACIÓN de vigencia de mi registro como Militante del Partido Acción Nacional desde el año de 1989 y como debe obrar en el archivo de esta dependencia intrapartidaria”, señala Aranda.
La fecha de elaboración de la carta, 14 de julio de 2015, es relevante, pues el Código Electoral de Puebla señala, en su artículo 201 BIS, que no pueden ser candidatos independientes los aspirantes que hayan militado en un partido político un año antes del proceso electoral, es decir, el caso de Ana Teresa Aranda dado que tuvo que haber renunciado al PAN antes de junio de 2015.
Otro de los documentos que ponen en duda la candidatura “independiente” de la panista es una carta que el mismo 14 de julio de 2015 dirigió a los integrantes de la Comisión Organizadora del proceso interno del PAN para elegir a un nuevo dirigente nacional.
En esa misiva, Aranda ratifica la vigencia de su militancia en el PAN dado que se compromete con su partido a cumplir con los “Estatutos del Partido Acción Nacional y sus Reglamentos, así como con las reglas contenidas en la Convocatoria de nuestro proceso interno para renovar a los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional 2015-2018”.
De hecho, por si hubiera alguna duda, el 29 de agosto de 2015 Ana Teresa Aranda firmó todavía como consejera nacional del PAN, según se desprende de otro de los documentos entregados por el blanquiazul al IEE.
Un documento más es la certificación que apenas el pasado 29 de marzo expidió el secretario general del CEN del PAN, Damián Zepeda Vidales, en la que da como buenas siete constancias, entre ellas el escrito de fecha 14 de julio de 2015, dirigido a la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del CEN, en el que manifiesta que (Ana Teresa Aranda) no había sido dada de baja como consejera nacional o estatal y ser militante con una antigüedad de más de cinco años.
Todos estos documentos contradicen obvia y evidentemente la tesis defendida por la propia Aranda en el sentido de que “renunció” al PAN en abril de 2015 a través de una carta que, sin embargo, nunca fue ratificada o avalada por la dirigencia nacional del partido.
Es muy probable que pese a todo esto y gracias a la influencia que sin duda tiene el dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, en los magistrados electorales federales, el pleno del TEPJF termine en los próximos días enmendando la plana -por enésima vez- al IEE y regalando el registro de candidata “independiente” a la panista Ana Teresa Aranda, pero ello no le quitará la bien ganada fama de mentirosa.
Ya mintió con el “atentado” que no fue atentado sino accidente carretero.
Ya mintió con su “renuncia” al PAN que no fue renuncia sino una patraña.
Ya mintió con las “firmas de apoyo ciudadano” que no fueron firmas de apoyo ciudadano sino las rúbricas amañadas que le consiguió el PRI por así convenir a los intereses de ambos –y de sus panegiristas-.
¿Qué sigue?
Porque está visto que como “La Chimoltrufia”, así como dice una cosa, dice la otra.