La grave crisis interna del PRD, sobre todo de credibilidad, y los malos resultados electorales del pasado mes de junio, sumados a la confrontación con Andrés Manuel López Obrador y el crecimiento de MORENA, dejaron a “Los Chuchos” –el grupo dominante en el sol azteca- prácticamente sin otra opción que forzar la renuncia de Carlos Navarrete a la dirigencia nacional.
Aunque se ha pretendido “vender” de forma distinta, fue una sucesión pactada entre las principales corrientes internas amarillas: Nueva Izquierda, Alternativa Democrática Nacional, Izquierda Democrática Nacional y Foro Nuevo Sol. ¿El objetivo? Que no pierda ni se desdibuje por completo el PRD en todo el país.
Ante la falta de cuadros y liderazgos reales, la única alternativa que tenían fue la del diputado federal Agustín Basave, un ex colosista que fue candidato externo y quien, de una u otra forma, había venido trabajando de cerca con la dirigencia nacional.
Aunque la corriente ADN -que dirige Héctor Bautista y que en Puebla tiene como su representante a la ex diputada federal Roxana Luna- se asume como la impulsora de la propuesta de Basave, fue más bien un acuerdo entre todas las corrientes.
Por eso en el pasado consejo nacional perredista solo hubo tres votos en contra; una mayoría aprobó que Basave fuera el nuevo dirigente nacional. Ahora sólo falta la designación de los nuevos secretarios del Comité Ejecutivo Nacional, en donde todas las corrientes quieren sus correspondientes espacios.
La secretaria general es Beatriz Mujica Morga, ex candidata de “Los Chuchos” al gobierno de Guerrero y cuadro de primer orden de Jesús Ortega, con quien mantiene estrechas relaciones políticas y personales. Además, Mujica es quien de verdad conoce la vida interna del PRD y será el contrapeso de Agustín Basave.
En otras palabras: “Los Chuchos” siguen teniendo el control del consejo nacional y de los principales órganos de decisión del PRD. Basave sólo será dirigente nacional por un año y medio, puesto que sólo terminará el periodo de Carlos Navarrete.
El proceso electoral de 2016 lo manejará legalmente el nuevo dirigente nacional, pero políticamente volverán a ser “Los Chuchos” quienes operen las alianzas que, por cierto, ya fueron aprobadas por el congreso nacional y su consejo nacional.
Así, la política de alianzas no sufrirá ningún cambio, serán ratificadas por el CEN del PRD y “Los Chuchos” decidirán en qué estados van con el PAN, entre ellos Puebla.
Y es que el nuevo dirigente nacional no tiene la fuerza interna para poder modificar lo acordado en el consejo nacional. En tanto, las posturas de la lideresa local, la señora Socorro Quezada, empleada del senador Luis Miguel Barbosa, están fuera de orden y ha sido rebasada por la dirección nacional, puesto que es en el DF en donde se están “planchando” los mecanismos y el acuerdo político para concretar la alianza con el PAN.
Las declaraciones de Roxana Luna van en el mismo sentido, carecen de sustento, pues hasta el propio Basave ha rectificado su postura de valorar en dónde harán alianzas y en dónde participarán solos. (Por cierto, cuentan que la oposición de Luna a la coalición es porque en realidad ella busca ser candidata del PRD a la minigubernatura poblana).
Porque la realidad del PRD es tragicómica: en ninguno de los 13 estados con elección este 2016 tienen posibilidades reales de ganar, salvo en Oaxaca, pero si se les cruza AMLO con la sección 22 del magisterio, hasta esa entidad pueden perder.
En Puebla, el PRD no tiene mucho; tras la elección federal de este 2015 quedó en quinta fuerza y la única forma de salvarse es teniendo una alianza con el PAN, que arrope la candidatura del alcalde Tony Gali. MORENA ya ha dicho que no va con el PRD y tampoco se ha sentado ni sentará con la dirigencia estatal, la que repudia.
Un factor que no hay que ignorar es que el consejo estatal del PRD en Puebla está en manos de Nueva Izquierda y del diputado federal morenovallista Luis Maldonado. Por si fuera poco, el grupo de Barbosa ya está dividido y Erik Cotoñeto, su operador en el estado, ya traza su propia ruta, pues hará acuerdos con quien mejor le convenga, dada su naturaleza oportunista.
Así que la alianza PAN-PRD para 2016 goza de cabal salud. ¿O alguien tiene dudas?