LASTIRI Y VEGA RAYET, CAMINOS PARALELOS

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Inevitablemente, la reciente remoción de la ex perredista Rosario Robles Berlanga como secretaria de Desarrollo Social del gobierno federal –ahora es titular de la Sedatu- ha formulado diversas hipótesis en cuanto al probable reacomodo de funcionarios poblanos de esa dependencia, particularmente del subsecretario de Planeación, Evaluación y Desarrollo Regional de la Sedesol, Juan Carlos Lastiri Quirós, y el delegado, Juan Manuel Vega Rayet, ambos apuntados para la minigubernatura de 2016.

A primer golpe de vista, todo pareciera indicar que, en efecto dominó, lo que le suceda a Lastiri Quirós repercutiría en Vega Rayet; no obstante, la situación podría ser distinta si se toma en consideración que cada cual llegó a sus respectivos cargos por vías distintas, sin que ello implique la negación de un compromiso recíproco sustentado en una innegable  amistad y complicidad política entre los referidos.

El camino de Juan Carlos Lastiri hacia la Subsecretaría inició –hay que recordar- desde el momento en que cedió el Comité Directivo Estatal del PRI, continuó con su renuncia como candidato a senador para convertirse en secretario de Gestión Social del CEN priísta, y a partir de ahí tejió una red de relaciones con los hombres cercanos al presidente Enrique Peña Nieto, lo que finalmente logró capitalizar en el cargo que hoy ostenta.

Lastiri Quirós llegó a la Sedesol no por Rosario Robles, sino por su estrecha relación con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pero sobre todo con el oficial mayor de la Segob, Jorge Márquez Montes.

El subsecretario de la Sedesol tiene una estructura política importante: influye en por lo menos una docena de delegaciones federales en Puebla, de su lado tiene a varios presidentes municipales (en especial a los de Tepeaca, David Huerta Ruiz; Huejotzingo, Carlos Morales Álvarez, y Chignahuapan, Juan Enrique Rivera Reyes) y recientemente metió una mano, y la mitad de la otra, en la designación de uno de los suyos, Víctor Manuel Giorgana Jiménez, como coordinador de la bancada de diputados federales por Puebla en la Legislatura que se instaló este fin de semana.

Mientras, el canal de Juan Manuel Vega Rayet se remonta a su paso por la LIX Legislatura del Congreso de la Unión, donde formó parte de una organización de diputados federales priístas de México presidida ni más ni menos que por Enrique Peña Nieto, logrando establecer fuertes vínculos con el ahora presidente de la República, quien lo conoce muy bien y, cada que viene a Puebla, le da trato preferencial por encima de otros militantes, dirigentes o funcionarios del PRI.

A su paso por San Lázaro, Vega Rayet también formó sólidos nexos con aquellos diputados que, a la postre, serían parte fundamente del gabinete federal, entre los que destaca el citado Miguel Ángel Osorio Chong; la relación en ambos casos revistió alta estima, a grado tal que, años después, a Vega Rayet le alcanzó para ser valorado y designado como delegado de Sedesol, la posición más disputada entre los priístas poblanos y sus diversos próceres: Mario Marín, Blanca Alcalá, Enrique Doger, Javier López Zavala y un largo etcétera.

De tal forma que, a pesar de existir un innegable vínculo institucional y filial entre Juan Carlos Lastiri y Vega Rayet, no siempre lo que ocurra con aquel incidirá directamente en este.

De hecho, habrá que esperar los tiempos venideros, ya que hasta el momento los resultados tanto del zacatleco como del de Izúcar de Matamoros al seno de la Sedesol han dejado satisfechos a sus respectivos jefes en plano jerárquico.

La salida de Rosario Robles de la dependencia no conlleva forzosamente la salida de estos dos poblanos de la Sedesol: hay amistad y reconocimiento hacia la “maestra” –como le dicen-, pero su suerte no necesariamente marcará la de ellos dos, juntos o por separado, en su camino a sus propios objetivos políticos, que –eso sí- convergen en el 2016 o, en su defecto, en el 2018 poblano.

gar_pro@hotmail.com

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