Confusión, irritación y múltiples quejas y reproches en Twitter, es lo que se registró este sábado por la tarde ante la falta de información cuando la plaza más grande de Puebla, el Centro Comercial Angelópolis, retomó sin previo aviso, y por sus pistolas, el cobro por el servicio de estacionamiento. A través de las redes sociales, los poblanos castigaron el silencio cómplice de la delegación de la Profeco y enviaron un mensaje a gobiernos de todos los niveles, partidos, poderes y sobre todo empresas: ya estuvo bueno de tanto abuso; un mensaje claro rumbo a las próximas elecciones: la sociedad ya no es la de antaño, ahora es más exigente e informada, y está dispuesta a hacer valer sus derechos mediante su voto o su poder como consumidor.
El martes 30 de septiembre, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) clausuró 28 máquinas automáticas por condicionar el pago, así como por diversas irregularidades en la póliza del seguro.
Pero cuatro días después los tuiteros denunciaron el cobro del servicio que, para algunos, fue ilegal porque los sellos de clausura aún lucían sobre los aparatos de cobro; pocos hablaron de que ya estaba permitido. En otras palabras: Angelópolis se pasó a la Profeco por el arco del triunfo.
De acuerdo con dos comunicadores, Carlos Martín Huerta y Germán Campos, el centro comercial habría cumplido con los requerimientos de la dependencia federal, sin embargo no hubo más explicación o una liga que mandara a información más amplia.
En cambio, los tuits del descontento se multiplicaron, incluyendo largas filas y pésimo servicio.
Las muestras de enojo en 140 caracteres llevaron remitente directo a la cuenta de Profeco Puebla (@ProfecoPuebla), pero con la novedad de que su cuenta dejó de operar el pasado 1 de julio, como lo adelantara en su último mensaje, el 17 de junio.
Entre tanto, la cuenta de Profeco (@Profeco) –hasta las 13:00 horas del domingo 5 de octubre- no respondió las quejas o dudas de los tuiteros sobre la supuesta enmienda, o bien, desmentir ésta.
Por su parte, Angelópolis, a través de su cuenta(@ccangelopolis1 también guardó silencio ante la medida que generó molestia entre sus clientes.
Cabe destacar que Angelópolis es de los pocos centros comerciales en Puebla que tienen cuenta en Twitter: la activa tiene 601 seguidores, la que dejó de operar en junio de este año, @ccangelopolis, registra más followers, mil 437.
Galería Las Ánimas (@GaleriaAnimas) y El Triángulo (@eltriangulo) son otros centros que figuran en el microblogging, con mil 367 seguidores el primero y 5 mil 721 el segundo.
Una práctica común en los centros comerciales es el cobro de los estacionamientos. Sus dueños y administradores se han aprovechado históricamente de los vacíos legales que hay en la reglamentación para cobrar por un servicio que debería ser totalmente gratuito.
Este problema no es, sin embargo, exclusivo de la zona metropolitana de Puebla; por el contrario, este tipo de prácticas abusivas son comunes en la mayoría de las grandes ciudades de México.
Es competencia de las autoridades municipales establecer el número de espacios de estacionamiento que cada establecimiento comercial debe poder a disposición de sus clientes para realizar una actividad comercial de forma adecuada.
A través de esta “reglamentación”, se busca atenuar cualquier problema vial en la zona y disminuir cualquier molestia a los vecinos.
Prácticamente todos los municipios en nuestro país tienen algún tipo de ley, ya sea de construcción, de giros comerciales o de uso de espacios públicos, que obligue a las plazas comerciales –a veces la única opción de diversión y esparcimiento para miles de ciudadanos- a ofrecer los espacios adecuados para este fin. Generalmente, el número de cajones de estacionamiento depende de los metros cuadrados construidos, de la actividad comercial principal y de la zona en la que se establece el negocio.
Por tal motivo resulta ilógico, por decir lo menos, que las autoridades municipales permitan el cobro de un servicio que los establecimientos comerciales están obligados a otorgar. Pero las empresas encargadas de administrar los centros comerciales utilizan su poder económico (el pago de impuestos) para beneficiarse de los vacíos legales existentes, así como de las debilidades institucionales de los gobiernos, muy dados a llegar a acuerdos por debajo de la mesa vía la corrupción.
La furia expresada este fin de semana ante los obvios abusos del Centro Comercial Angelópolis está más que justificada.
Urge, por eso, que la Profeco y el ayuntamiento de Puebla se fajen los pantalones y metan orden en ese y el resto de las plazas comerciales de la capital y su zona conurbada.
Si no quieren que la sociedad organizada pase de las palabras y los tuits a los hechos.