El cese –fulminante- de Carlos Zurita García como subsecretario del Transporte no es un hecho aislado y debe interpretarse como el inicio de una cruzada anticorrupción en el podrido sistema de transporte público de Puebla, donde las redes de complicidades alcanzan a por lo menos los últimos tres sexenios.
Zurita resultó insostenible luego que una investigación de la Contraloría documentara diversas irregularidades en el manejo de concesiones y permisos a diversas rutas que hasta hoy han operado de forma irregular.
La cacería va en serio y a fondo, y obedece a la lógica de eliminar privilegios a quienes, históricamente, han hecho del transporte público un negocio de unos cuantos en perjuicio de miles.
Para el gobierno del estado, a estas alturas del sexenio, sanear el sistema y ofrecer un servicio seguro y de calidad sigue siendo una asignatura pendiente, pues hay un reclamo social muy claro sobre la urgencia de acabar con los abusos, tomar el toro por los cuernos y poner un “hasta aquí” a los corruptos y a sus cómplices.
No hay que descartar, incluso, acciones legales contra varios funcionarios de la Secretaría del Transporte y el retiro de permisos “fantasma” y de concesiones a algunas de las grandes rutas del estado que, al igual que la Bicentenario “A”, operan fuera de la ley, pero protegidas por servidores públicos que no se cansan de enriquecerse.
Se sabe ya, por ejemplo, del modus operandi que caracteriza a un grupo de inspectores y supervisores que han amasado verdaderas fortunas con la complicidad de concesionarios que incumplen con reglamentos y normas; todos ellos forman parte de una verdadera mafia que no le pide nada a la delincuencia organizada.
El gobierno de Rafael Moreno Valle dio cuenta así, este miércoles, de la salida de Zurita de la ST:
“La Secretaría de Transportes informa que como parte de una reingeniería al interior de la dependencia, a partir de este día se separa de su cargo Carlos Zurita García, quien se desempeñaba como subsecretario de Transportes.
“En su lugar es designado Carlos Martín Blanco Villasuso, quien dará continuidad a los proyectos encabezados por la subsecretaría de Transportes.
“Carlos Martín Blanco Villasuso, ha ocupado diversos cargos dentro de la administración pública estatal y municipal, así como otros puestos en la iniciativa privada vinculados con el sector financiero”.
En el comunicado, no se ofrecieron detalles ni razones del cese del funcionario; sin embargo, extraoficialmente trascendió que la decisión se basó en un grueso expediente con pelos y señales de los malos manejos cometidos en los últimos meses.
Hubo un momento, sobre todo al inicio de este año, que Zurita se creyó incluso con el capital político suficiente para ser el titular de la ST; quedó claro que se equivocó y sobre todo que dejó huellas de sus atropellos.
Tal vez no entendió –o no escuchó- el mensaje que hace unos días el gobernador Rafael Moreno Valle envió a todos los funcionarios de su gobierno:
“Quiero mandar un mensaje muy claro a todos los servidores públicos del gobierno del estado de Puebla… Debemos tener visualizado que hay jefes y jefas, y que su único jefe no es el gobernador. Sus jefes y jefas son todos y cada uno de los ciudadanos, a ellos nos debemos y no voy a permitir de ninguna manera que no se les dé el lugar y el trato que merece cada persona que acude por servicios a alguna dependencia del gobierno que encabezo.
“Actuaré con toda firmeza como lo hice recientemente, y sancionaremos con todo el peso de la ley cualquier tipo de negligencia o falla, porque yo asumí un compromiso con los ciudadanos y todos quienes colaboran en mi equipo de trabajo, en cualquier nivel, desde un secretario de Estado hasta el puesto más modesto, deben tener la misma mística, deben tener el mismo compromiso de servir a la gente”.
La caída de Zurita demuestra que Moreno Valle hablaba en serio, como en serio va la Campaña Anticorrupción encomendada al contralor Eukid Castañón Herrera.