Ajeno a los rituales y usos y costumbres de la política-política.
Respetuoso –hasta el exceso- del sexenio que corre.
Dedicado a la familia y específicamente a los nietos.
Enfocado en la lectura de clásicos y de otros que no lo son tanto.
Rodeado de amigos y de sus miles –literalmente- de compadres.
En estupenda forma, sano, lúcido, sin los achaques propios de la edad.
Y enamorado, como siempre, de la Puebla profunda.
Así han sorprendido a Melquiades Morales Flores las versiones que lo ubican como un probable aspirante del PRI a la candidatura a la presidencia municipal de Puebla para el –ya mítico- 2013.
Un tema que, es definitivo, no está ni estará en la mente -y en el anhelo menos- del ex mandatario.
El mismo que suele explicar a sus allegados que estos ya no son sus tiempos y que hay que dar paso a los nuevos cuadros, a las nuevas generaciones.
“Ya no embono”, asegura.
Pero eso no es todo.
Cuentan que Melquiades, que disfrutó las mieles –y también las hieles- del poder como pocos, está consciente de algo:
A los poblanos ya no les haría gracia que otra vez buscara un cargo de elección popular.
Y es que ya fue todo lo que podía ser.
Ya no le falta ni necesita más.
“Hay que saber ser gobernador pero también, especialmente, ex gobernador”.
“Y saber cuándo sí y cuándo ya no”.
Son dos frases recurrentes en el jefe del clan.
Del clan de Los Morales, algo así –guardando las proporciones, claro- como Los Kennedy de Puebla.
Melquiades Morales está atento, por supuesto, a lo que pasa en el estado y el país.
Y es que un animal político no deja ser animal político por más que ensaye camuflajes.
Se es lo que es, y no hay remedio.
El ex senador agradece, y entiende, las menciones que lo ubican compitiendo con Enrique Agüera, Enrique Doger o José Chedraui por la candidatura a la alcaldía, pero pasa de ellas.
Por el momento, dicen, medita la posibilidad de escribir sus memorias, una idea que le atrae poderosamente.
Y es que son tantas las anécdotas…
Tantas las historias…
Tantos los detalles…
Y siempre tuvo la disciplina, el rigor, la constancia que exige la pluma.
Así que tal vez…
Mientras se decide, Melquiades Morales Flores seguirá siendo uno de los pocos ex gobernadores de Puebla que puede pasearse por las calles del Centro Histórico sin recibir agresiones ni provocaciones.
Un ex gobernador que camina con tranquilidad, sin miedos, ni reclamos.
Un lujo que, sin duda, otros no pueden darse.
Una lección de vida, se esté o no de acuerdo con lo sucedido en su sexenio.
Un recordatorio de que el poder se va, siempre se va, pero el respeto se gana y permanece siempre.
Un tratado de humildad y de que en política, en Puebla y en China, la forma sigue siendo fondo.
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Este viernes, Javier López Díaz celebra con una comida un aniversario más de Buenos Días, noticiero de radio que todas las mañanas, puntualmente desde hace 24 años, nos ofrece un detallado espejo de la realidad de Puebla y los poblanos.
Un espejo en el que a veces no nos gusta reflejarnos, porque suele devolvernos tanto las grandezas como las miserias de nuestra sociedad, proceso que pasa por asomarnos a nuestros escándalos, a nuestras tragedias, a nuestros logros y méritos, y también a nuestra pública fragilidad como seres humanos.
Al periodista y amigo, a todo su equipo y a la señora Coral Cañedo, presidenta de Cinco Radio, un fuerte abrazo y que vengan muchos años más.