La Cueva de Eric Lara y sus Mil Comisionados

fericla

Bajo el cobijo de líderes corruptos y cínicos como Eric Lara Martínez, los poco más de mil comisionados de la sección 23 del SNTE cuestan al erario unos 218 millones de pesos al año.

Ilegal, abusivo e indebido, estos comisionados son maestros que dejan su grupo y su escuela para dedicarse exclusiva y únicamente a tareas sindicales.

Soldados a las órdenes de un imperio, el imperio de Elba Esther Gordillo, no abandonan sus plazas ni sus salarios de maestros.

Cobran –y nosotros les pagamos- como si estuvieran frente a un salón de clases educando a nuestros hijos.

Pero no. En realidad no sabemos qué hacen ni cuántas horas trabajan, si es que trabajan, pues a esa información se le cataloga casi como “secreto de Estado”.

Algunos tienen hasta siete plazas y, por tanto, ganan lo de siete profesores;  es decir, en el caso más extremo, hasta 200 mil pesos mensuales.

Como el Chief Executive Officer (CEO) de cualquiera de las grandes empresas privadas de este país.

Eric Lara y sus mil comisionados representan uno de los pasajes más oscuros de las prácticas corruptas del sistema educativo mexicano.

Reflejan, también, un mecanismo de control corporativo y político que por décadas ha garantizado la supervivencia del cacicazgo magisterial: son empleados del SNTE pero están pagados por la SEP.

Esto es: su lealtad está con Elba Esther Gordillo, aunque ésta no les paga; en otras palabras: no responden a los intereses de la educación, sino a los de su sindicato.

La paradoja no es casual: el modelo vive gracias a que existe un sistema corrupto y corruptor que lo permite y que hace que subsista la impunidad.

La SEP es corresponsable de que pillos como Eric Lara y sus Mil Comisionados gocen de privilegios que no alcanzan el 99.9% de los trabajadores mexicanos.

So pretexto la “gobernabilidad” del país, unos se encubren a otros, mientras el pueblo sigue creyendo que autoridades y sindicato tienen a la educación como su única y verdadera prioridad.

El costo de mantener a ese ejército privado es, sí, de 218 millones de pesos anuales, pero las consecuencias negativas en el proceso educativo son incalculables.

Según la OCDE, México gasta más en maestros que en alumnos: nueve de cada 10 pesos de su presupuesto educativo se invierte en la nómina magisterial.

Lo más lógico es que si el SNTE quiere comisionados, que los pague de su bolsa, no a costa de un dinero que podría destinarse a infraestructura o capacitación de maestros y directivos.

México y Puebla no sólo no se merecen este robo colosal, sino que tampoco aguantan ya tanto abuso y tanta impunidad.

¿O me equivoco?

gar_pro@hotmail.com

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