Son los indecisos, ¡estúpidos!

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Aunque hoy las encuestas perfilan a un claro ganador de la contienda presidencial, el priísta Enrique Peña Nieto, con una ventaja promedio de hasta 16 puntos, los equipos de los candidatos no deben perder de vista el crecimiento silencioso, pero sostenido, de un grupo de votantes sin partido, ni militancia, ni preferencia definida, que todavía no da color sobre lo qué hará con su sufragio el domingo 1 de julio.

Los sondeos hasta ahora realizados coinciden en que un 19 por ciento del electorado total general no contesta por quién votaría. Es éste, sin duda, el segmento que más ha crecido en las últimas semanas y, paradójicamente, el más desatendido hasta ahora por los aspirantes, quienes parecen más enfocados en estos primeros días de campaña en consolidar el voto duro –o leal- de sus partidos, insuficiente para darles el triunfo.

Los llamados indecisos serán, a la larga, quienes inclinarán la balanza en esta guerra por el poder, y de poder a poder, entre los candidatos a Los Pinos. Como explican los reconocidos consultores Jaime Durán Barba y Santiago Nieto en su libro “Mujer, sexualidad, internet y política. Los nuevos electores latinoamericanos”, se trata de un grupo de ciudadanos muy particular, que rompe creencias preestablecidas.

Hoy por hoy el indeciso es un elector que ha desmitificado el poder, ha desacralizado los símbolos, al que conceptos como “izquierda” o “derecha” le dicen muy poco, no quiere ser representado ni manipulado, rechaza las dictaduras y los autoritarismos, se siente insatisfecho, frustrado y tal vez quisiera emigrar del país, y eso sí: exige un cambio radical que vaya más allá de la política y de una campaña presidencial.

“Desde el mundo individualista en el que han socializado y desde la ilusión de que participan, que produce la política mediática, los nuevos electores no quieren, ni necesitan, que alguien hable por ellos. Pretenden vivir su relación con el poder, o su falta de relación con él, desde su propio horizonte personal, usando los medios de comunicación, principalmente ahora las redes sociales”, dicen Durán y Nieto.

¿Están Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri –éste con su medio punto en las preferencias- proponiéndole algo a estos electores, que según las proyecciones seguirán creciendo y acabarán por decidir al nuevo presidente de México?

La respuesta es no, y es una verdadera pena, que les acarreará consecuencias. Quizá vaya siendo hora que sus asesores les vayan diciendo: “Son los indecisos, ¡estúpidos!”, una adaptación muy ad hoc de aquel célebre eslogan no oficial de la campaña de Bill Clinton en 1992 contra George H. Bush: “¡Es la economía, estúpidos!”.

Quien lo entienda podrá modificar la relación de fuerzas o consolidar su ventaja, pero sobre todo lo más importante: ganar la Presidencia.

gar_pro@hotmail.com

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