Hasta hace un mes, Juan Carlos Lastiri Quirós abiertamente se burlaba, socarrón y vulgar, de las insistentes versiones que señalaban que a su paso por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), de la que fue titular en la recta final del sexenio marinista, cometió un millonario fraude con recursos destinados al combate a la pobreza. En corto, se jactaba, incluso, de su “gran amistad” con el gobernador Rafael Moreno Valle, quien, según él, no lo tocaría -decía, en medio de una grotesca mueca de doble sentido- “ni con el pétalo de una rosa” (sic).
Cuentan, sin embargo, que la sonrisa se le congeló el pasado viernes, cuando se enteró que el periódico Reforma documentó lo que él tanto minimizaba cuando el tema salía a colación: que efectivamente, el ex dirigente estatal del PRI y actual candidato al Senado, en fórmula con la ex presidenta municipal Blanca Alcalá, es uno de los grandes corruptos del pasado gobierno, pues mediante la falsificación de firmas, facturas y fotografías, ideó y echó a andar desde la Sedeso un mecanismo destinado a “desaparecer” más de 50 millones de pesos de “Unidos para Progresar”, el programa “estrella” de la administración encabezada por su jefe, Mario Marín.
Lo más grave para Lastiri (¿dónde habrá quedado su “gran amistad” con Moreno Valle?) no es que por fin hayan salido a la superficie las huellas de sus abusos, sino que ya hay averiguaciones previas en curso, que irán a fondo para esclarecer y castigar el escandaloso fraude cometido en Desarrollo Social. De hecho, el súbito –inexplicable, fortuito- aspirante a la Cámara Alta va a tener que dedicar muchos, pero muchos días de la campaña electoral que se avecina para intentar defenderse, legal y políticamente, de los cargos que ya existen en su contra. La tempestad, pues, será tempestad, y no vaciladas del tipo que tanto le gustan a él, eternamente socarrón y vulgar.
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El reporte del corresponsal Francisco Rivas no tiene desperdicio y por su importancia, se reproduce aquí textual:
“Personal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) de Puebla falsificó firmas, facturas y fotografías para justificar más de 50 millones de pesos erogados durante 2009 y 2010 vía el programa Unidos para Progresar, el plan antipobreza de la administración del ex Gobernador Mario Marín.
“REFORMA tuvo acceso a los expedientes de 180 comités de obra creados por Sedeso en esos años y constató irregularidades en el 95 por ciento, pues, al mostrar los documentos a los presuntos beneficiarios, éstos confirmaron que no era su firma y que no recibieron el beneficio descrito.
“La dependencia, que en esos años estuvo a cargo de Javier López Zavala y de Juan Carlos Lastiri Quirós, no sólo incorporó a ciudadanos sin su consentimiento, sino que falsificó sus firmas para validar las cartas de aceptación de la obra, el reporte de su ejecución y la erogación del dinero.
“María Inés Olivares Benito, vecina de la Colonia Independencia, relató por ejemplo que, antes de las elecciones de 2010, recibió a funcionarios de la Sedeso que le pidieron su credencial del IFE para ayudarla.
“Ahora aparece en un expediente como secretaria de un comité de obra y su supuesta firma quedó asentada en la factura 0084 de Proveedora de Insumos para Industria, Comercio y Hogar, con un pago por 52 mil 233.20 pesos de material de construcción.
“No es mi firma, no la hago así. Además, nunca firmé una factura porque no compré cemento como ahí dice ni he visto que alguien compre cemento para ayudarme”, dijo María Inés.
“Igual pasó con Rosenda García Bonilla, de la Cuarta Sección de San Ramón, quien nunca supo cómo fue designada tesorera de un comité.
“No es mi firma, ni siquiera sé si hubo reuniones, nada más di mi credencial”.
“Aquí llegó la presidenta de la colonia y nos dijo que (Javier) López Zavala nos mandaba apoyo, que prestáramos las credenciales, pero nada más”, recordó.
“López Zavala fue titular de la Sedeso de 2008 a 2010 para luego competir por la gubernatura, que perdió ante Rafael Moreno.
“Lastiri fue titular de la Sedeso en el último año de Marín, luego presidió el PRI estatal y ahora es candidato al Senado.
“FALSOS PROVEEDORES
“Empresas y registros de contribuyentes aparentemente falsos fueron utilizados para comprobar gastos en más de 30 expedientes de Unidos para Progresar.
“La Sedeso reportó, por ejemplo, un pago de 375 mil 076.19 pesos a Karen Lorenzini Benítez, de Proveedora de Insumos para Industria, Comercio y Hogar.
“Pero la mujer, de 25 años y con domicilio en el barrio de Xanenetla, recién egresada de la universidad y desempleada, afirma que nunca ha puesto un pie en el SAT.
“Con su supuesto RFC hay siete facturas: 0073, 0077, de los días 8 y 9 de marzo de 2010, y 0081, 0084, 0088, 0091 y 0095, fechadas en abril.
“-¿Solicitaste un trámite para darte de alta ante Hacienda?-, se le preguntó.
“¡No!”, respondió sorprendida al observar los documentos con su nombre.
“-¿Eres proveedora del Gobierno del estado?-, se le insistió.
“No, para nada. Me causa indignación y coraje porque ni siquiera fui beneficiada. Usaron mi nombre en un beneficio de quién sabe quién porque no estaba enterada de esto hasta ahora”, dijo.
“Otras ocho facturas emitidas supuestamente por Decoración, Acabados Residenciales e Industrias, de Delfino Rodríguez Valencia, también resultaron falsas, según la familia del implicado.
“Él es ingeniero, trabaja para una empresa que lo lleva de un lugar a otro y nunca ha tenido un negocio, nunca le ha vendido nada al Gobierno”, afirmó una pariente. “Están usando el nombre de una persona de bien”.
“Ocho facturas más de Materiales y Construcciones Hernández, pero con datos fiscales de Estela Hernández Hernández, ofrecen como domicilio un edificio del Infonavit San Jorge.
“La mujer no atendió la puerta, pero vecinos afirmaron que ya no vive ahí y que antes se dedicaba a lavar ropa ajena”.
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No es casual que Ernesto Echeguren se haya estrenado este fin de semana como vocero del Partido Nueva Alianza precisamente con este espinoso tema.
En rueda de prensa, pidió a Juan Carlos Lastiri asuma la responsabilidad que tuvo a su paso por la Sedeso y que “no se escude en cargos de elección popular para responder a sus acciones como ex funcionario público” (sic).
“Sinvergüenza”, lo llamó, incluso.
Ya no es, pues, un mensaje siciliano, de los que tanto se acostumbra en este sexenio.
Es una acción concertada desde la cúpula del poder, con todo lo que ello significa.
De hecho, más le valdría a Lastiri (y a Blanca Alcalá, de paso) ganar su elección y llegar al Senado de la República.
Y es que sin fuero, su futuro luce sencillamente muy, pero muy oscuro.
¿Todavía hay dudas?