Arturo Luna Silva
La Secretaría Ejecutiva del Consejo Estatal de Coordinación de Seguridad Pública (CESP) es uno de los puestos estratégicos de la nueva administración estatal que entrará en funciones en febrero próximo, de los que se ha hablado poco o de plano nada.
A pesar de su importancia en el soporte financiero y diseño de las políticas en materia de seguridad pública estatal, no ha habido luz sobre quién podría entrar al relevo de la actual titular, la abogada Lourdes Nares Rodríguez, cuya encomienda terminará al mismo tiempo que el sexenio marinista.
No obstante, fuentes allegadas al primer círculo del gobernador electo, Rafael Moreno Valle, mencionan con algo más que insistencia el nombre de Karen Berlanga, quien ciertamente ya se ha reunido un par de ocasiones con Nares para checar números, revisar expedientes y pendientes, y arrastrar el lápiz.
En el CESP dan por hecho que Berlanga será la sucesora, pues a la vista no ha habido otro puente, enlace o representante del morenovallismo en esta etapa de la transición. Nares no ha tenido otra interlocutora. Toda la información técnica y financiera del Consejo Estatal ha fluido hacia Berlanga, a quien no pocos ubicaban en un puesto de importancia en el DIF estatal dada su gran, gran cercanía con la futura primera dama, Martha Erika Alonso.
Parece que no será así y que la pieza del nuevo mandatario en el CESP será ella, nadie más.
Quienes conocen a Berlanga, la describen como una mujer fiel, disciplinada, eficiente y con carácter. Trabaja al lado del hoy gobernador electo desde los dorados tiempos de la Secretaría de Finanzas en el sexenio melquiadista. De hecho, forma parte del primer grupo político formado a la vera de Moreno Valle. Aquel que desde el principio se integró por Fernando Manzanilla, Eukid Castañón, Luis Bank, Cabalán Macari, Jorge Aguilar Chedraui y Marcelo García.
Vamos: que Karen Berlanga es “de casa”, tanto que tuvo oportunidad de volver a demostrar su capacidad durante la campaña que llevó a Moreno Valle a la victoria: siempre bajo la directriz de Martha Erika Alonso, Berlanga fungió como la coordinadora estatal de la “Red Mujeres en Acción”, que con éxito movilizó el voto femenino hacia la coalición “Compromiso por Puebla”, una de las razones que a la postre explicaron el holgado triunfo sobre los candidatos de la alianza “Puebla Avanza”.
Hoy todo parece indicar que su destino es el CESP. Una designación que, de confirmarse, tendría más fondo del que se aprecia desde la superficie. Y es que Berlanga se convertiría de facto en la cuña del futuro secretario de Seguridad Pública, el priísta Ardelio Vargas Fosado.
Berlanga decidirá el destino y uso del millonario Fondo de Aportaciones Federales para la Seguridad Pública –lo que incluye la adquisición de todo el equipamiento de las corporaciones policiacas del estado, la capacitación de los elementos y la tecnología para el combate a la delincuencia-, y Vargas Fosado no tendrá oportunidad de, digamos, distraerse con el manejo de los generosos presupuestos que Puebla recibirá a partir de 2011 para el sistema estatal de seguridad pública.
En otras palabras: Berlanga tendrá el dinero y Vargas Fosado la operación del sistema. Y ya se sabe que sin dinero no hay sistema que funcione.
Hasta hace poco, el hombre que ha servido lo mismo al CISEN que a la Policía Federal Preventiva, y que ha sido presidente municipal (de Xicotepec) y que aún funge como diputado federal y poderoso presidente de la Comisión de Defensa Nacional, pensaba que como secretario de Seguridad Pública del próximo gobierno del estado llevaría mano en la designación del (o la) titular del CESP.
A ver si lo piensa dos veces ahora que se entere que no, que eso no sucederá, y que para que la cuña apriete no es necesario que sea del mismo palo. Basta con que se llame Karen y se apellide Berlanga.